La renta garantizada

"La cantidad sigue siendo indigna"

Antoni V. forma parte del colectivo de las 28.000 personas que pasarán automáticamente a cobrar la renta de ciudadanía

Antoni V., beneficiario de la RGC

Antoni V., beneficiario de la RGC / periodico

Teresa Pérez / Barcelona

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Antoni V. (Badalona, 1954) forma  parte del colectivo de 28.000 personas que accederán automáticamente, sin realizar ningún papeleo, a cobrar a la renta garantizada de ciudadanía (RGC) que se puede solicitar a partir del viernes. Antoni tiene un subsidio de 426 euros mensuales y pasará a percibir 564 euros. Es decir, su paga mensual aumentará 138 euros, que es la diferencia entre lo que recibe ahora y la renta garantizada que percibirá como unidad familiar formada por un adulto. 

Este beneficiario se enteró por casualidad de que Catalunya implantaba este subsidio que ya funciona en otras comunidades, como el País Vasco. Han sido cuatro años de negociaciones y de tira y afloja para que viera la luz la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que se presentó en el Parlament de Catalunya en el 2013 respaldada por más de 120.000 firmas. 

Voz metálica

V. estuvo parte de la tarde del miércoles intentando que le aclararan las dudas que tenía en el teléfono 900 400 012 que la Conselleria de Treball, Afers Socials i Famílies ha habilitado para atender a los ciudadanos. La tarea fue complicada porque no cesaba de comunicar. "Me contestó una máquina porque no había ningún ser humano", explica. Además, añade, "apreté la tecla para que me informara en catalán y me contestó en castellano". "La voz metálica me informó de que me enviarán a mi casa una carta para confirmarme que paso automáticamente a cobrar la renta garantizada de ciudadanía", explica casi exhausto después de tanto intentar contactar con el teléfono. 

Cuando una persona percibe estas rentas tan precarias para pasar el mes "cualquier euro de más siempre es bienvenido", afirma, pero la cifra que recibirá a partir de ahora le sigue pareciendo "indigna". Resulta complicado convencer a alguien que ha cotizado 30 años de que tiene que acabar sus días sorteando la precariedad económica y el desánimo emocional que produce los 20 años que lleva en el pozo negro del paro. Por eso en el caso de Antoni V., como sucede de otros muchos,  prefiere ocultar su apellido y también su rostro porque resulta doloroso que te puedan identificar como parte del del 10% de catalanes que viven en situación de pobreza severa. 

Rodrigo Rato

¿Cómo se vive con 426 euros mensuales?, Antoni responde rápido y tajante: "Indignamente". De esa cantidad tiene que arañar los suministros de agua y electricidad y sus menús invariablemente tienen nombre de legumbre. De vez en cuando le invita a comer algún amigo. "Ahora voy a dar de baja el móvil porque los 30 euros que pago me hacen falta para otras cosas", cuenta. Pese a los pesares, se considera una persona minímamente afortunada: "Porque mis padres me dejaron la casa donde vivo porque sino, no sé qué sería de mí"...

Su último trabajo fue en una emisora de radio, pero hace ya tanto tiempo que le cuesta esfuerzo hasta recordarlo. "En 20 años no he recibido ni una sola llamada para ofrecerme trabajo", se lamenta este periodista. Pese a que casi no se acuerda de su última nómina, hay un recuerdo que tiene muy vivo y siempre presente: el de un país donde viven a todo trapo personas que han cometido desmanes económicos. Antoni señala al exministro de Economía Rodrigo Rato como ejemplo. "Y, mientras,  las personas que hemos trabajado toda la vida, malvivimos", cuenta con cierto hartazgo.