ATENTADOS EN BARCELONA Y CAMBRILS

Ripoll se encomienda a los niños

Encuentro en favor de la convivencia en la plaza de la Llibertat, en Ripoll, el 22 de agosto.

Encuentro en favor de la convivencia en la plaza de la Llibertat, en Ripoll, el 22 de agosto. / periodico

Víctor Vargas Llamas

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Han sido algunos de sus jóvenes, los llamados a ser el futuro de la localidad, los que han sumido a Ripoll en esta pesadilla y, paradójicamente, pueden ser los más pequeños los que conduzcan a toda la población a la senda del retorno a la concordia. "Cuando las familias vean que los niños están bien, será mucho más fácil que rompan el distanciamiento y la desconfianza a los que les ha llevado esta situación. Si todo va como espero, será entonces cuando se relajen y, poco a poco, vayan aproximándose a espacios naturales de encuentro, como la escuela y actividades extraescolares", destaca Eva Farrés, directora de la escuela Tomàs Raguer. A lo largo de sus 27 cursos de experiencia, ha tenido entre sus alumnos a Moussa Oukabir y a Said Aallaa, ambos abatidos por los Mossos d'Esquadra en el operativo antiyihadista que ha hecho contener la respiración a toda Catalunya.

Cuando ese proceso se vaya cumpliendo, será el momento de "reforzar" esas ágoras académicas con nuevos instrumentos que capten la presencia de adultos de todas las comunidades, más allá de las tradicionales asambleas y encuentros con profesores, destaca Farrés. Falta por perfilar esas iniciativas, como falta por despejar un puñado de incógnitas para las que ni ella ni sus colegas de la comunidad educativa han sabido obtener respuesta hasta el momento. Para empezar a recomponer la situación, apuesta por "abrigar" a las familias de los yihadistas, porque algunas de ellas tienen niños en edad escolar "y están sufriendo muchísimo, tanto por lo que ha pasado como por el futuro que les espera". Coincide en que los niños se reponen a todo, pero muestra un cierto recelo sobre la evolución de los acontecimientos, viendo la vulnerabilidad que han mostrado los miembros de la célula yihadista ante las malas influencias del imán, según apuntan las investigaciones. "El duelo será largo y muy complicado", reflexiona.

Metamorfosis de chavales para los que Farrés solo tiene buenas palabras. "Moussa era un chico muy alegre, muy vivo, siempre se ofrecía para participar. Tenía un buen rendimiento en las asignaturas, era disciplinado y se interesaba por todo en clase. También era muy protector con su hermana pequeña", dice. Con Said tuvo menos contacto a medida que pasaron los años, pero no recuerda reparar en ninguna reacción que le hiciera temer por su evolución. Todo lo contrario.

Cambio de guion

La docente, y cualquiera que les rodeara, estaban convencidos de que los chicos seguirían el guion previsto. "Eran normales, con las ilusiones de cualquier chaval de su edad. Unos querían ser ingenieros, otros abogados. y hubo quienes se decantaron por módulos".  Ahora son los protagonistas de un acto inesperado y macabro por el que se señala a la población. "No queremos que Ripoll sea conocido como el pueblo de los yihadistas. Hay que recuperar el modelo de convivencia de siempre", añade.

Cualquier detalle de cotidianeidad de este municipio revela un poso de inquietud, de desazón y angustia. No pocos vecinos preguntan a los periodistas por qué están aún en el pueblo, "si ya han cazado al último" de los yihadistas, en referencia a Younes Abouyaaqoub. Agradecen todas las atenciones y muestras de solidaridad, pero precisan recuperar la quietud del lugar, sacudirse el protagonismo, el deambular de reporteros curioseando y cuya presencia les recuerda que este no es el Ripoll de siempre. Tanta necesidad tienen de recuperar su esencia, que incluso la manifestación prevista para el sábado, en paralelo a la que acogerá Barcelona, estará presidida por un lema que va más allá del 'No tinc por' de la capital catalana: 'Ripoll per la pau. Un pas endavant'.

Inquietud diferente

"En nuestro caso es necesario un paso más de lo que propone Barcelona. No es que tengamos miedo, tenemos una inquietud diferente y una gran preocupación porque los terroristas eran nuestros vecinos. Y nos preocupa que, si no gestionamos todo esto con tacto y precisión, la situación acabe derivando en una continua sucesión de actos xenófobos e islamofóbicos", revela una fuente municipal.

Esa angustia ante la posibilidad de que se pierda el control ha inspirado la convocatoria ciudadana que se ha celebrado en la plaza de la Llibertat, previa a un encuentro formal entre el consistorio y las entidades del pueblo. De entre los cerca de 80 asistentes, jóvenes como Miquel han mostrado su desasosiego ante el temor de brotes racistas, que hay que abortar, "filmar y denunciar" para que el pueblo recupere el pulso. La concejala de Seguretat, Dolors Vilalta, ha sostenido que el duelo "es cosa de todos", para recordar la compleja situación de la comunidad islámica, al tiempo que ha recordado la existencia de apoyo psicológico para todo aquel que lo precise: "Eran compañeros de clase de muchos, del mismo equipo de fútbol, vecinos de rellano".

Sumida en la emoción, la joven Wafa Marsi se ha presentado ante la asamblea como "ripollesa, magrebí y musulmana". "Alguien ha hecho odiar a chicos que no odiaban. Los separaron de la sociedad, pero al mismo tiempo, de sus familias, que son víctimas también. Los querría odiar, como maldije a los terroristas de Londres o París. Pero no puedo porque los conocía, eran los chicos del pueblo. Con algunos incluso compartí las ganas de vivir".