SOSTENIBILIDAD EN EL TURISMO DE MONTAÑA

Reciclar en todas partes, incluso en una estación de esquí

Contendores de recogida selectiva en la estación de Boí Taüll, en el Alta Ribagorça

Contendores de recogida selectiva en la estación de Boí Taüll, en el Alta Ribagorça

EDUARD PALOMARES / BARCELONA

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Reciclar los residuos generados se ha convertido para muchas personas en un acto cotidiano. No obstante, en las escapadas de fin de semana o durante las vacaciones, suele producirse una cierta relajación, como si estar fuera de casa fuera coartada suficiente para no tomarse la recogida selectiva tan en serio. Por eso, los destinos vacacionales han ido mejorando su política de residuos, como se puede comprobar ya en muchos municipios de la costa mediterránea. Y, en invierno, también se producirá una mejoría en otro de los lugares más frecuentados: las estaciones de esquí. En este caso es Boí Taüll, en el Pirineo de Lleida, quien lidera la transformación.

Todo surge de una prueba piloto implementada el año pasado a través de la colaboración entre el Consell Comarcal de l'Alta Ribagorça y Ecoembes, que tenía como objetivo poner en marcha la recogida selectiva en la mayoría de establecimientos hoteleros y de restauración de la comarca, y que también incluía la estación, bajo el nombre de ‘Compromís pel reciclatge’.

“En el caso de Boí Taüll, el año pasado ya pusimos en marcha algunas medidas para fomentar el reciclaje en las pistas a partir de iglús para depositar envases, papel, vidrio y fracción resto. Además, aprovechamos para analizar cómo se podía mejorar aún más la gestión, y de esa experiencia han surgido las nuevas medidas que aplicaremos la próxima temporada”, explica Lluís Florit, responsable del área de medioambiente del Consell.

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COMPACTACIÓN DE LOS RESIDUOS

Una de la principales novedades será la presencia de compactadores, que permiten reducir en gran medida el volumen de los residuos almacenados en los diferentes contendores repartidos por toda la estación. De esta manera se consigue hacer frente a uno de los puntos críticos detectados: el vaciado y la recogida por parte de los camiones. El año pasado se pudo observar que formar parte del circuito de recogida comarcal no era suficiente, y en algunas ocasiones las papeleras quedaban desbordadas. Sin embargo, hacer que los camiones subieran expresamente a la estación, con un desplazamiento de unos 70 kilómetros hasta llegar a una cota de 2.000 metros de altura tampoco era sostenible ni eficiente.

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La disyuntiva se resolverá gracias a estos compactadores, que al reducir el volumen de los residuos y almacenarlos a parte, permiten optimizar al máximo la frecuencia de vaciado. “En este sentido, se calcula que solo será necesario llevar a cabo la recogida tres veces por temporada, cuando el año pasado se necesitaron 38 desplazamientos en el caso de los envases y 19, en el papel. Además, mejora el impacto visual para el cliente y se agiliza el trabajo de los operarios”, señalan desde el Consell.

MÁS CONTENEDORES

Por otro lado, se incorporarán contenedores para la recogida de la fracción orgánica, cosa que no sucedía hasta ahora, y se incrementarán las papeleras multiresiduos para facilitar la separación por parte de los usuarios. Además, gracias un nuevo diseño, estarán preparadas para afrontar las condiciones climáticas propias de la estación. Los operarios también contarán con bolsas de colores para identificar claramente cada residuo. A su vez, se mejorará la señalización, la comunicación y la sensibilización del esquiador, así como la formación de todos los trabajadores en materia medioambiental.

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Con todo ello, se busca mejorar la gestión de los residuos en una estación como Boí Taüll, que ha experimentado durante los últimos años un aumento constante de visitantes hasta alcanzar los 130.000 de la temporada pasada y que, por lo tanto, es uno de los grandes generadores de residuos de la comarca.

“Nos gustaría que este proyecto fuera un ejemplo para el resto de estaciones del Pirineo, ya el esquí es una actividad que tiene lugar en plena naturaleza y, entre todos, deberíamos tener muy en cuenta su impacto ambiental”, concluye Florit, que avanza que en otoño presentarán el proyecto en unas jornadas con el resto de dominios esquiables de Catalunya. Además, el Consell también se plantea la creación de algún tipo de sello de calidad, con el que se certifiquen las buenas prácticas medioambientales.