Experto afirma que todo el mundo es inteligente si le dan oportunidades

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El catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Málaga e impulsor del denominado Proyecto Roma, Miguel López Melero, sostiene que "todo el mundo es inteligente siempre y cuando tenga la oportunidad de desarrollar" sus potenciales.

López Melero, galardonado con el Premio Caja Navarra a la investigación en discapacidad intelectual en 2005, ha hecho esta declaraciones a

Este catedrático dirige desde 1990 el citado proyecto, una institución de referencia pedagógica contemporánea cuyo objetivo es demostrar que la inteligencia no está determinada de modo inapelable por la genética, sino que puede ser construida y desarrollada a partir del respeto de las diferencias como valor y mediante una educación y un entorno adecuados.

Uno de los logros de los planteamientos de López Melero es el trabajo desarrollado con el malagueño Pablo Pineda: el primer europeo con síndrome de Down que consiguió un título universitario.

Según López Melero, la escuela tiene que "enseñar a pensar y a convivir", un principio que, sin embargo, no se lleva a la práctica porque, según ha afirmado, los centros docentes continúan siendo "meros transmisores de información".

También ha abogado por que todos los niños y niñas se beneficien de un sistema de escuela inclusivo y basado en la "equidad educativa", de manera que permita "dar a cada cual en función de lo que necesita".

A este respecto, ha manifestado que en la educación se debe "partir de las oportunidades de cada uno", pues "todo el mundo tiene sus potencialidades", y no subrayar "los defectos".

En su opinión, la finalidad prioritaria de la escuela pública es que todos los niños y niñas acudan a ella en igualdad de condiciones y tengan la oportunidad de participar en "la construcción de la cultura escolar, independientemente del hándicap, de la etnia, del género, procedencia o religión".

"Mientras haya un alumno o una alumna en una clase que haya perdido su dignidad y no sea respetado como es, ni participe en la construcción del conocimiento con los demás ni conviva en condiciones equitativas a sus compañeros y compañeras, no habremos alcanzado la educación pública", ha advertido López Melero.

A su juicio, solo se logrará que "el sistema educativo público sea equitativo y de calidad cuando las diferencias sean consideradas un valor y no un defecto, y las aulas se conviertan en comunidades de convivencia y aprendizaje".

"Que es tanto como decir que las aulas se conviertan en una unidades de apoyo de unos a otros, donde cualquier actividad no se organice ni individual ni competitivamente, sino de manera cooperativa", según López Melero, quien ha sentenciado: "La escuela pública o es una escuela sin exclusiones o no es escuela pública".

Este catedrático considera que la educación debe servir para "transformar la realidad" y para inculcar a los alumnos, entre otros valores y aspectos, "una autonomía moral".

"Hay que educar para hacer el bien, para mejorar las condiciones de vida", ha manifestado antes de asegurar que la escuela pública surgió para que los alumnos descubran "la verdad, la belleza y la bondad".