CRISIS EN EL SECTOR SANITARIO

Sant Joan de Reus, un hospital enfermo

Hospital Universitari Sant Joan de Reus

Hospital Universitari Sant Joan de Reus / periodico

ESTHER CELMA / REUS

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Popularmente, al hospital de Sant Joan de Reus le llaman el aeropuerto o la T-1 por su enorme edificio, estrenado en verano del 2010, pero algunos ya empiezan a llamarle el Titanic

Este lunes se celebrará el consejo de administración y aunque sus responsables declinan ofrecer cifras hasta que no sean oficiales, ha trascendido que cerrará el 2016 con un déficit de entre 8,2 y 8,4 millones de euros. Las medidas propuestas por una consultora externa para taponar esta hemorragia corren el peligro de infectar otras heridas abiertas, según fuentes próximas a la dirección.

El plan de choque propone cerrar servicios, rebajar sueldos y no contratar nuevo personal, además de algunos despidos. Además, una de las medidas para un hospital referente en oncología es especialmente traumática: prescindir de uno de los tres aceleradores lineales que tratan el cáncer.

La hoja de ruta existe, pero no quien la pilote. Las estrecheces económicas hacen inviable contratar a una primera espada con sueldo de mercado para que ponga orden.

PROCESO JUDICIAL

Para entender la parte interna, hay que explicar que Sant Joan es totalmente municipal y también la joya de la corona del grupo Sagessa, la rama sanitaria del extinto grupo de empresas municipales Innova, investigada por el Juzgado de Instrucción número 3 de Reus por una presunta trama de corrupción.

Entre los más de 150 imputados, consta parte de la antigua cúpula de Sagessa, empresa que también gestiona el hospital de Mora d'Ebre, el de Amposta, varios centros de atención primaria y la clínica Centro Médico Quirúrgico (CMQ)

A la hora de tomar decisiones, “pesa y mucho que todo está bajo la sospecha de Innova”. No obstante, los miembros del consejo de administración deberán tomarlas si no quieren acabar en el Tribunal de Cuentas por responsabilidad contable.

CONVENIO LABORAL

A la hora de recortar, a la plantilla le ampara su convenio para no rebajar sueldos y, además, cobrar los complementos por productividad (llamados DPO). En el convenio sectorial, los DPO se pagan, pero en el caso de Reus se eliminó esta cláusula a cambio de la paz laboral.

Las DPO pendientes ascienden a 1,7 millones de euros y una sentencia judicial obliga a desembolsarlos, como obligará cada vez que la plantilla las reclame ante los tribunales.

Este dinero se convierte en todo un agravio comparativo para los otros centros gestionados por Sagessa que no lo cobrarán, especialmente para el Hospital Comarcal de Móra d'Ebre, que se siente “parasitado” por el de Reus, dice José Domínguez, secretario de sanidad de la UGT en las Terres de l'Ebre y delegado en el hospital de Móra.

Allí sí rige la cláusula de disponibilidad, pero “no nos pagan a nosotros para pagar a Sant Joan”, denuncia Domínguez. El año pasado, se desviaron cuatro millones de euros de Móra para secar el déficit del hospital de Reus  y la plantilla del hospital comarcal también protestará este lunes. En el 2018, vence el contrato de gestión entre Sagesa y el CatSalut para la gestión del hospital de Móra y crecen las voces, como la de ERC, para desvincularse cuánto antes  de Reus.

DE ÚLTIMA GENERACIÓN

El hospital de Sant Joan es de última generación, con quirófanos robotizados en los que el aire se renueva cincuenta veces por hora. En Móra, en cambio “podríamos hacer un museo con los equipos que tenemos, algunos de más de 30 años”, zanja Domínguez.

Además de la hucha de Móra, hay el fondo de reserva del CMQ. Pero también aquí hay nubarrones. El contrato de alquiler del edificio, propiedad de la familia Fábregas, vence este mes de junio y, según Gisela Trillas, abogada de la familia, “nos tememos que lo ocuparán a precario auque les cueste multas” porque  “no queremos prorrogar,, hace meses que no negociamos y el traslado de una clínica no se hace en cuatro días”. por lo que se abrirá otro frente judicial.

La Generalitat tampoco correrá ante el SOS lanzado por un hospital cien por cien municipal. El 'conseller' de Salut, Antoni Comín, en una reciente visita, mostró la  “voluntad” de participar más en la “gobernanza” del centro, sin aclarar cómo se contabiliza esa intención.