LIDIA, 26 años. Desempleada

«Yo, con 20 euros, hago magia en el súper»

Lidia repasa un tíquet de una cadena de comida rápida, a la que ha ido con su familia.

Lidia repasa un tíquet de una cadena de comida rápida, a la que ha ido con su familia. / ARIANNA GIMÉNEZ BELTRÁN

GERARDO SANTOS

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Lidia vive con su pareja, su hijo Mikel (año y medio) y su sobrino (Isaac, cuatro años) en una casa ocupada, esperando que el juez les dé una fecha para el desahucio. No se la han dado aún porque antes se tienen que asegurar de que la familia tendrá una solución habitacional alternativa. En el Patronat de l'Habitatge ya le han reservado un piso de protección oficial.

El problema es, pues, de papeleo. Mientras, la familia sobrevive en una vivienda con cortes constantes de suministros («Cada dos por tres le tengo que pagar a una persona 50 euros para que me conecte la luz porque, si no lo que tengo en la nevera se va a la basura»), con unas ventanas que no cierran, con el cajetín de la luz chamuscado, las puertas rotas y unas humedades enormes.

Aunque el único ingreso de la familia es la ayuda de 326 euros por haber acogido a su sobrino, Lidia asegura que en su casa se come tres veces al día. «Mi madre y mi hermana me ayudan, claro. Yo hago trabajillos, estoy en Avon... He chatarreado, limpiado pies y pintado uñas para conseguir 10 euros de nada. Mi pareja también está en paro», describe.

Son usuarios de DISA, un supermercado social por puntos creado por Cáritas y el Ayuntamiento de Barcelona, lo que le aporta 100 euros al mes para gastar en el súper: «Te dan aceite, arroz, pan, lentejas, tomate frito, leche, huevos, a veces una bandejita de carne... Lo de supervivencia». «Yo, con 20 euros, hago magia». Su siguiente cita en la tienda DISA era el pasado 9 de marzo, a las 17:20. Con lo que allí cogerían y lo que le puede dar la familia, tocará aguantar 30 días más.