Llegan los asistentes digitales para casa

Lynx, uno de los robots con el software de Alexa de Amazon, el pasado CES.

Lynx, uno de los robots con el software de Alexa de Amazon, el pasado CES. / periodico

CARMEN JANÉ / BARCELONA

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La inteligencia artificial y la internet de las cosas juntas acaban de arrojar la primera generación de asistentes digitales para los hogares que permitirán automatizar un montón de funciones en casa. Más allá de controlar persianas, puertas, temperatura y luces como hace la actual domótica, los nuevos dispositivos resuelven reservas de restaurantes, eligen el vino, recuerdan la agenda del día, resuelven cómo limpiar algo o incluso aprenden del usuario para adaptar los electrodomésticos de la casa a sus dueños. Todo ello, y este es el cambio, conectándose a internet y utilizando ‘big data’, es decir, aprenden de lo que les han pedido millones de usuarios, como hasta ahora han hecho los móviles.

Amazon, Google y Apple compiten en el nuevo mercado para el que ya han conseguido sumar a muchos fabricantes de electrónica como LG, Samsung, HTC, Lenovo, Whirpool… que integrarán los asistentes en distintos productos como lavadoras, neveras, equipos de sonido, aspiradoras o incluso pequeños robots androides. La última feria de electrónica estadounidense, el CES, celebrada en Las Vegas el pasado enero, dio buena muestra de que no parece una tendencia efímera y de que la robotización de los hogares va a seguir la de las fábricas y los coches.

Hace un año, Amazon lanzó Alexa, un asistente virtualAlexa que desde este enero cuenta con 8.000 funciones. Como Amazon no tiene móvil (el que lanzó al mercado, Fire, no tuvo ningún éxito y ya no lo fabrican), la compañía optó por convertir su programa Alexa en el software de unos altavoces inalámbricos, Echo, que además de captar órdenes, reproducen la música del móvil o se conectan a internet para procesar pedidos a la tienda virtual. El éxito de un dispositivo que cuesta poco más de 150 euros ha hecho que hayan vendido más de 11 millones de unidades en todo el mundo, según cálculos de la consultora Morgan Stanley.

El usuario puede tanto pedir una canción o que bajen el volumen, información sobre un recorrido o un taxi, o comprar unos pañales o dos cajas de leche que aparecerán por la puerta con el próximo reparto del gran supermercado online. Y la orden siempre es parecida: “Alexa, abre (la aplicación que sea) y haz (lo que desee el usuario)”. Según informáticos que han tenido acceso al código fuente, el asistente no entiende toda la conversación sino que se queda solo con las palabras que tiene previstas y las procesa como órdenes, lo que ha provocado situaciones tan curiosas como que dos asistentes puedan hablarse entre ellos diciendo lo mismo todo el tiempo o uno invada las órdenes de otro.

ACUERDOS PARA NEVERAS Y LAVADORAS

Pero la idea es ir más lejos. La multinacional del comercio electrónico ha firmado acuerdos con fabricantes de electrodomésticos (LG, HTC, Whirpool) que lo integrarán en sus productos y harán que el usuario ordene que la nevera procese los pedidos de comida o la lavadora los de suavizante. Además, las máquinas regularán los programas y las funciones del horno o encenderán los aparatos a distancia.

Google compite con ellos en el mismo mercado con su Google Assistant, una ampliación doméstica del asistente de voz que llevan los móviles Android, y que también se encarna en un altavoz doméstico e inalámbrico barato que, de momento, solo admite 75 órdenes, pero responde a cosas como elegir un vino para un plato o si una comida es segura para el perro. El altavoz, Google Home, se puso a la venta en EEUU el pasado noviembre y aún no hay planes de extenderlo a otros mercados. Así que de momento, su capacidad de aprendizaje es más limitada.

La multinacional del buscador también ha firmado sus acuerdos con fabricantes de electrodomésticos y de software, como IFFT, un programa que automatiza funciones en el móvil o el ordenador. Philips, Sony, Toshiba, Bang&Olufsen o Grundig también fabrican dispositivos compatibles.

Ninguno de estos dispositivos se vende todavía en España y el software solo está disponible en inglés. No es el caso de Nest, fruto de una de las 'startups' que más curiosidad despiertan en el Silicon Valley porque hasta el pasado junio estuvo detrás Tony Fadell, el diseñador del iPod, que se acaba de estrenar en castellano. La compañía, comprada por Google en el 2014, tiene una línea de dispositivos conectados a un termostato inteligente (su producto estrella) que maneja la casa por voz y con ayuda de un montón de sensores más los datos que generan.   

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