UN PROBLEMA CRECIENTE

Las drogas ganan terreno al alcohol como causa de muerte en la carretera

Tres de cada 10 conductores sometidos al control de estupefacientes da positivo

Un control de drogas y alcoholemia efectuado por la Guardia Urbana de Barcelona.

Un control de drogas y alcoholemia efectuado por la Guardia Urbana de Barcelona. / periodico

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Tres de cada 10 conductores sometidos al control de drogas da positivo, un problema creciente que se traduce en que mientras los muertos en carretera por consumo de alcohol descienden, los que iban drogados no paran de crecer.

En concreto y, aunque en términos absolutos los conductores fallecidos con alcohol siguen siendo más que los muertos por consumo de estupefacientes, el porcentaje de estos ha aumentado un 7% en los últimos cuatro años frente al descenso de un 18% de los que se pusieron al volante bebidos.

Sobre la evolución de la influencia de las drogas en accidentes de tráfico entre el 2012 y el 2015 se adentra el informe presentado este lunes por la Fundación Línea Directa, en colaboración con Fesvial, tras analizar 25 millones de controles de drogas y alcohol, los informes toxicológicos a más de 3.100 conductores y peatones fallecidos, y otros estudios sobre la prevalencia de estos consumos.

Respecto a los test aleatorios de drogas que en los últimos años han aumentado un 60%, el estudio revela que tres de cada diez conductores de positivo. Se trata, en su mayoría, de un hombre de unos 30 años, con tendencia al policonsumo (drogas, alcohol y psicofármacos) y que conduce en ese estado principalmente por las noches.

CAMBIO DE TENDENCIA

Otra cifra arroja luz a este preocupante cambio de tendencia. Por cada conductor que se sube a su coche tras haber bebido, entre dos o tres lo hacen después de consumir drogas.

Datos "escalofriantes" que dibujan una "realidad grave" en las carreteras españolas, ha advertido durante al presentación del informe el director de la Fundación Línea Directa, Francisco Valencia, que considera que España "tiene un problema" al que no se debe dar la espalda.

El estudio revela que en los últimos cuatro años el 16% de los conductores fallecidos dio positivo a alguna droga y eso sin olvidar que no se hacen las pruebas a todos. Como muestra, el pasado año se realizaron 638 análisis post mortem de los 1.048 muertos, en los que un 6,7% ofreció presencia de cocaína, casi otro 6% de cannabis y un 1,8% a opiáceos.

FALSAS CREENCIAS

Pese a todo, la percepción del riesgo de conducir tras haber tomado alguna droga sigue siendo baja. De hecho, el 19% de los conductores -el porcentaje se extrae de una reciente encuesta sobre las falsas creencias del consumo de estupefacientes- admiten que han conducido después de ingerir alguna sustancia.

Es más, consideran que el alcohol es más peligroso que las drogas, sobre todo el cannabis.

Unos mitos a los que se unen que el 75% de los encuestados por la DGT recientemente reconozcan que desconocen las sanciones económicas y los puntos que pierden de su carnet pro esta infracción.

Tampoco conocen realmente los efectos físicos derivados de ponerse al volante tras consumir cocaína, cannabis, éxtasis o anfetaminas y que van desde una peor valoración de la distancia para adelantar, la detección del paso de peatones, el cálculo de la distancia de seguridad, o el aumento de la distancia de frenado.

Por tipologías, las anfetaminas son las sustancias que más perjudican a la conducción, pues tras su ingesta la efectividad en la toma de decisiones disminuye aproximadamente un 65 por ciento, mientras que el conductor que haya consumo cocaína necesita cinco metros más para frenar