Los ocho denunciados por abusos sexuales en los Maristas

joaquin benitez

joaquin benitez / periodico

GUILLEM SÀNCHEZ / J. G. ALBALAT

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JOAQUIM BENÍTEZ, PROFESOR SEGLAR. 20 DENUNCIAS

Con la denuncia de este profesor de Educación Física del colegio de los Maristas de Sants-Les Corts comenzó el escándalo de pederastia. En el 2011, una familia acudió al director para explicar que su hijo era víctima de los abusos sexuales de este docente. Sorprendentemente, Benítez admitió la acusación ante sus superiores. Estos llevaron el caso a la Fiscalía, pero no informaron de que el pederasta había confesado. El juzgado archivó el caso porque no había denuncia de la familia.

El 4 de febrero pasado, EL PERIÓDICO avanzó la historia de Manuel Barbero, el padre de otra víctima de Benítez, que denunció los abusos sufridos por su hijo y empezó a buscar a más víctimas del profesor. Tras publicarse su historia, las denuncias contra Benítez llegaron hasta la veintena. El 5 de febrero, Benítez confesó sus delitos a este diario.

F. M., HERMANO MARISTA. 3 DENUNCIAS.

El hermano marista F. M., subdirector del colegio de Sants-Les Corts, fue apartado de sus funciones el 11 de febrero, tras empezar a ser investigado por los Mossoscomo sospechoso de cometer abusos sexuales. El juzgado tiene dos denuncias contra él y los Mossos, una tercera, todas por delitos que habrían sido cometidos a finales de los años 80.

F. M. era entonces tutor de octavo de EGB e impartía Ciencias Sociales. Dos de sus exalumnos, Jorge García, de 37 años, y F. B. C., de 44, denuncian a los Mossos que era habitual que este religioso les acariciara e introdujera la mano en el bolsillo trasero del pantalón. Los hechos más graves se produjeron supuestamente en la casa rural que los Maristas tienen en Llinars del Vallès. Allí, el tercer denunciante, que entonces tenía 13 años, se despertó una noche sobresaltado porque F. M. le estaba tocando los genitales. Sus padres avisaron al colegio, que disculpó al profesor y prometió que sería castigado. El caso nunca llegó a la justicia.

A. F., PROFESOR SEGLAR. 2 DENUNCIAS.

A. F. es un “monstruo”, según el relato de cuatro exalumnos y víctimas suyos entrevistados por este diario. Una víctima, A., lo denunció en 1997 pero la causa fue archivada porque el delito juzgado ya había prescrito. Hace dos semanas, Jorge García y J. M. denunciaron al mismo docente por abusos que habrían ocurrido al final de los 80. Sin embargo, los relatos más conmovedores de las atrocidades que llegaba a cometer este profesor los hicieron públicos, J., de 42 años, y M., de 37, en dos entrevistas que este diario publicó el 9 de febrero.

M. M., PROFESOR SEGLAR. 1 DENUNCIA.

El 7 de febrero, una mujer de 33 años, C., residente en otra comunidad autónoma, se desplazó hasta Barcelona para denunciar ante los Mossos al que fue su tutor durante dos años en la escuela en Sants. En la denuncia, a la que ha tenido acceso este diario, C. acusa a M. M. de haber abusado de ella cuando tenía solo 8 años de edad, en 1991. Según esta mujer explicó después a este diario, M. M. mandaba hacer ejercicios a toda clase mientras a ella le ordenaba que acudiera a su mesa y la sentaba sobre sus rodillas. “Allí, me tocaba bajo la ropa, también bajo las bragas”. El manoseo tenía lugar fuera del alcance de la vista del resto de alumnos gracias al panel frontal de la mesa del maestro. “Yo notaba su erección, aunque no entendí qué significaba eso hasta que fui más mayor”. Al cabo de un rato, él se levantaba, me mandaba a mi sitio y se marchaba al lavabo.

HERMANO MARISTA (FALLECIDO). 1 DENUNCIA

Los Mossos d’Esquadra tienen en su poder una denuncia por abusos sexuales contra otro hermano marista que impartía docencia en el centro de Sants. Según consta a la policía catalana, este sospechoso ya ha fallecido. Los hechos que habría cometido tuvieron lugar a finales de los años 80.

A. E., PROFESOR SEGLAR. 1 DENUNCIA

El colegio de los Maristas de La Immaculada, en la calle València de Barcelona, en el Eixample, también fue escenario de abusos sexuales de alumnos por parte de maestros. Este diario ha localizado a tres hombres que denuncian que fueron objeto de tocamientos mientras estuvieron escolarizados en el centro, entre los años 70 y 90. Los padres de la primera víctima protestaron a la dirección del colegio en 1977. Pero la escuela no adoptó ninguna medida al respecto. La madre de la tercera, en 1993, se quejó del mismo profesor ante el director. En esta ocasión, el colegio sí aceptó apartar del centro al docente, pero a cambio de que la familia afectada renunciara a su intención de denunciar el caso a la policía. El 26 de febrero A. E. confesó sus actos a los reporteros de este diario

A. B., HERMANO MARISTA. 1 DENUNCIA

El séptimo docente denunciado impartía lengua y literatura castellanas. A principios de los años 70 ejerció en el colegio de primaria de Sants-Les Corts y dejó la docencia a mediados de los noventa en el centro de La Immaculada, en el Eixample. Además de a este profesor, EL PERIÓDICO ha entrevistado a tres exalumnos que denuncian haber sufrido abusos sexuales por parte de este profesor en los años 1972, 1982 y 1994, respectivamente. Uno de ellos ya ha denunciado los hechos a los Mossos. Según estas personas, las tres familias acudieron a las direcciones de ambos centros para quejarse de los abusos sufridos por sus hijos. Los Maristas se limitaron a mover al docente A. B. de un colegio a otro a medida que llegaban quejas contra él. No le apartaron de la enseñanza, ni jamás lo pusieron en conocimiento de la policía.

MONITOR DE COMEDOR. SEGLAR. 6 DENUNCIAS

El pasado diciembre, la dirección de la escuela marista de Sants-Les Corts recibió una denuncia de una familia por acoso sexual a un niña por parte de uno de los monitores del comedor escolar. Según la Fundación Pere Tarrés, es un estudiante del curso de monitor de tiempo libre de la Escuela del Esplai de Barcelona que estaba haciendo las prácticas en el centro marista. El colegio informó a la fundación de que había denunciado los hechos a los Mossos. La policía catalana ha recibido desde entonces seis denuncias contra este trabajador por tocamientos a niñas de entre 10 y 12 años. Es un trabajador externo a los Maristas, que llevaba pocas semanas en el colegio, y también el único denunciado que no ejercía como docente.