Gente corriente

José Manuel Ubarrechena: «Nací para endulzar la vida a todos los donostiarras»

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OLGA MERINO

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Nacido el 29 de febrero, José Manuel Ubarrechena (San Sebastián, 1936) solía celebrar su cumpleaños cada cuatro años, hasta que se hartó. Lo cuenta en una charla telefónica.

-En 1996 puse un anuncio en El Diario Vasco, una hoja entera: «Se buscan bisiestos».

Hostelero guipuzcoano. Fundador del Club Mundial de los Bisiestos. Hoy cumple 80 años.

-¿Y? Aparecieron 60, con los que hice una comida en un restaurante mío. Así fundamos el Club Mundial de los Bisiestos, que ya tiene 2.000 socios en todo el mundo. ¿Sabe por qué hay un día extra cada cuatro años?

-Así, así. Refrésquelo usted, por favor. Fue Julio César el primero en introducirlo porque, en realidad, la Tierra tarda 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos en trazar su órbita completa alrededor del Sol. Había que corregir el desfase acumulado.

-Ajá. Y hoy, ¿cómo van a celebrarlo? Con una fiesta lo más grande que podamos aprovechando, además, que este año coincide con que San Sebastián es la capital europea de la cultura.

-Se le nota el instinto emprendedor. Pues la ONCE ha querido compensar el esfuerzo que vengo haciendo todos estos años dedicando el cupón de hoy a los bisiestos. No podrá volver a comprarse hasta dentro de cuatro años, en febrero del 2020. ¡Es que somos únicos en el mundo, patrimonio de la humanidad! ¿Sabe una cosa?, yo nací para endulzar la vida a todos los donostiarras.

-¿Endulzar? Cuente, cuente… Mi familia tenía una fábrica de golosinas que se llamaba Ubarrechena. Hacíamos caramelos, membrillo, fresones, turrón y bolados, una especie de azucarillos esponjosos con sabor a limón para deshacer en el agua. Solían servirse con la taza de chocolate.

-Usted llegó a trabajar en la fábrica. Sí, pero cuando cogí las riendas del negocio, me dije: «esto no puede ser». Envolvíamos los caramelos a mano, imagínese lo que es liar 500 caramelos uno a uno; teníamos unas 30 empapeladoras contratadas. Había que industrializar la empresa y gastarse un dineral en maquinaria.

-Así que prefirió dedicarse a otra cosa. Me pasé a la restauración, y ahora mi hijo Mikel es el presidente de la Asociación de Empresarios de la Hostelería de Guipúzcoa y vicepresidente de la Real Sociedad de fútbol. Antes de meterme en los restaurantes, había estudiado en la Escuela de Peritos e hice la mili en la Marina, en El Ferrol.

-Y cumpliendo años cada cuatro. Yo digo en broma que hoy cumplo 20 [se ríe]. ¡He alcanzado la mayoría de edad! El espíritu lo mantengo joven.

-Año bisiesto, año siniestro. Dicen. Nada, nada, nada de eso. Cuando era joven, me cabreaba leer en los periódicos que el 29 de febrero es un día de desgracias, inundaciones, huelgas, hundimiento de barcos... ¡Pero si somos un capricho de los dioses! Por eso vamos a celebrarlo hoy con un cóctel en el hotel María Cristina, y hemos creado una estatuilla: el Julio César.

-Al final, esto le cuesta dinero. Claro que cuesta dinero. Todo cuesta dinero, hija... Pedro Sánchez, el del PSOE, también es bisiesto; nació en 1972.

-Vaya, pues le espera un año completito.  Junto con la cantante Marián Conde, compuse nuestro himno: «Amigos, yo quiero ser / bisiesto toda la vida / porque cuando cumpla cien / seré un niño todavía».

-Canta usted muy afinado, José Manuel. Uy, cuando los bisiestos querían celebrar la fiesta en otra provincia, yo les cantaba: «San Sebastián tiene cosas / que no tiene el mundo entero/ tiene playa, tiene Igueldo / y el mejor puerto pesquero». Luego, cuando me los llevaba a ver las vistas desde el monte Igueldo, me decían: «Qué razón tienes, Ubarrechena, qué razón tienes».