MENSAJE PAPAL

El Papa tolera el condón para evitar malformaciones fetales en países con zika

Considera que el preservativo es un "mal menor" , mientras que el aborto es un "crimen"

El papa Francisco en el avión al regreso de México con los periodistas.

El papa Francisco en el avión al regreso de México con los periodistas. / periodico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Usar condón es, en ciertos casos, “el mal menor”, mientras que el aborto “es un crimen”. De regreso de México a Roma, como ya es habitual, el papa Francisco ha respondido sin ambajes a las preguntas que le han formulado los casi 80 periodistas que viajaban en el mismo avión. Entre las mismas figuraban temas como el debate en el Parlamento italiano sobre una ley que intenta regular las convivencias, incluidas las homosexuales, y la adopción de hijos, pero también la incidencia del zika en malformaciones fetales y el consiguiente uso de preservativo para impedirlo.

“El aborto no es un mal menor”, ha respondido el Papa, sino “un crimen, porque elimina, que es lo que hace la mafia”. Francisco ha añadido que “por lo que se refiere al mal menor, es decir evitar el embarazo, se trata de un conflicto entre el quinto y el sexto mandamiento”, que se refieren al homicidio y al sexo. Según Jorge Bergoglio, “el gran Pablo VI había permitido, en África, que las monjas usasen anticonceptivos frente a una situación difícil [guerras], aunque no se debe confundir entre evitar el embarazo con el aborto, que no es un problema teológico, sino humano, médico [porque] se mata a una persona (....) mientras que evitar un embarazo no es un mal absoluto y, en ciertos casos, como en el que he citado de Pablo VI, la cuestión queda clara”. Con una cierta ironía, el Papa ha añadido: “Yo exhortaría a los médicos para que hagan todo lo posible para descubrir vacunas contra los mosquitos que llevan esta enfermedad”.

DESDE LOS AÑOS 60

La cuestión del uso de anticonceptivos entre los católicos sigue en el candelero desde que en los años 60 Pablo VI publicara la encíclica 'Humanae vitae', en la que prohibió el uso de mecanismos no naturales para evitar un embarazo. Antes de escribir la encíclica, aquel papa consultó a todo el episcopado mundial sobre el tema y, de acuerdo con fuentes fehacientes de la época, la mayoría se declaró a favor de su uso. Ente los favorabes estaba, por admisión propia, su sucesor, Juan Pablo I, que murió un mes después de ser elegido.

En el debate que desde entonces ha dominado el tema de la sexualidad entre los católicos, intervino el cardenal Carlo María Martini, quien criticó sin demasiada diplomacia aquella encíclica, explicando que produjo “un grave daño” y que “muchas personas se han alejado de la Iglesia y la Iglesia de las personas”. Martini explicó que “después de la encíclica los obispos austriacos y alemanes y muchos otros obispos siguieron con sus declaraciones de preocupación una orientación que hoy podríamos retomar”. Martini lo desribió como “una cultura de ternura y una aproximación a la sexualidad más libre de prejuicios”.

LA DIFUSIÓN DEL SIDA

Sin embargo, Juan Pablo II y Benedicto XVI volvieron a subrayar la prohibición. En un viaje a África (2009), Joseph Ratzinguer se enemistó con medio mundo al decir que el profiláctico contribuía a “difundir el sida”, frase que al volver a Roma puntualizó. Dijo que, frente a la pregunta, se había sentido “desafiado, porque la Iglesia hace mucho más que todos los demás y sigo manteniéndolo”.  

En el 2010, en el libro 'Luz del mundo', el mismo Papa admitió el uso del condón impuesto por una prostitua durante un encuentro (en la edición original alemana se decía “prostituto”), frase que el portavoz papal, Federico Lombardi, puntualizó, diciendo que concentrarse “solo en el profiláctico es trivilializar la sexualidad”. “Benedicto XVI ha afirmado que el uso del preservativo es el primer paso de responsabilidad para darse cuenta del riesgo y evitar poner en riesgo a la otra persona, es decir la hipotética prostituta que frecuente el marido de una mujer”, explicó Lombardi.

Desde que fue elegido, Jorge Bergoglio ha quitado hierro al tema, subrayando que, en todas las circunstancias, lo importante son las personas y que, respecto al ideal católico, existen niveles distintos de aproximación. Todo lo demás “es un mal menor”.