EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES HOMO

Neandertales y sapiens se cruzaron 50.000 años antes de lo que se pensaba

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FERRAN COSCULLUELA / BARCELONA

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La interacción entre los ‘Homo sapiens’ y los ‘Homo neanderthalensis’ fue mucho más intensa desde un punto de vista genético de lo que se pensaba. Un equipo multidisciplinar con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto que ambas especies se cruzaron hace más de 100.000 años, lo que adelanta en 50 milenios la primera hibridación conocida entre ellos.

Los investigadores ya sabían desde el 2010, gracias al estudio ‘Genoma neandertal’, que la población humana antepasada de los europeos y los asiáticos actuales, tras su migración fuera de África, se cruzaron con los neandertales hace 50.000 años. Como resultado de ese flujo génico, los humanos modernos no africanos son portadores de un 2% de secuencias génicas neandertales, pero las poblaciones subsaharianas nunca estuvieron en contacto con esa especie, por lo que no son portadores de estos genes arcaicos, salvo por una mezcla de genes muy reciente.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"El\u00a0estudio","text":"\u00a0compar\u00f3\u00a0el genoma\u00a0de\u00a0neandertales europeos\u00a0y de otros localizados en Siberia"}}

En el nuevo estudio, que se ha publicado en el último número de la revista ‘Nature’, los investigadores han analizado los genomas completos de un neandertal y un denisovano localizados en Siberia (esta última especie es más cercana a los neandertales que a los sapiens) y la secuencia del cromosoma 21 de dos neandertales de la cueva asturiana de El Sidrón y de Vindija (Croacia).

DISTANCIA GEOGRÁFICA

El investigador del CSIC Carles Lalueza, miembro del Instituto de Biología Evolutiva, explica que el estudio de restos fósiles de neandertales alejados geográficamente ha permitido confirmar que los individuos europeos de esta especie “no tienen genes del ‘Homo sapiens’, al menos en el cromosoma 21 que se ha estudiado.

“Es decir, puede que estos grupos neandertales no coincidieran con los sapiens o, si lo hicieron, no obtuvieron descendencia”, añade Lalueza. Por el contrario, los investigadores sí han encontrado secuencias genéticas de sapiens en cromosomas de neandertales hallados en el sur de Siberia.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Los individuos","text":"\u00a0del oeste no ten\u00edan secuencias g\u00e9nicas de sapiens y los del este s\u00ed"}}Antonio Rosas, del Museo Nacional de Ciencias Naturales, destaca que, además de demostrar que hubo un primer cruce entre las dos especies mucho antes de lo que se pensaba, el estudio plantea un nuevo escenario que “amplía” el modelo evolutivo que había hasta ahora. “Hace más de 100.000 años se produjo la primera salida de humanos anatómicamente modernos fuera de África (llegaron a Oriente Próximo, en lo que hoy sería Israel, Palestina e Irak). Estos humanos se cruzaron con una población de neandertales que posteriormente pudo desplazarse al sur de la actual Siberia, portando los genes ‘sapiens’.

PRIMERA MIGRACIÓN

Como no se tenían datos paleontológicos, y se desconocía que se había producido ese primer cruce entre ambas especies, se consideraba que esa migración había sido "fallida" al no haber ido más allá de Oriente Próximo. Pero los datos obtenidos en este estudio parecen coincidir con las recientes evidencias arqueo-paleontológicas que revelan la presencia de ‘Homo sapiens’ en China desde hace unos 100.000 años.

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También se han recuperado herramientas de piedra al sur de Arabia que han sido atribuidas a una salida temprana de sapiens. A juicio de los investigadores, ambas evidencias bien podrían corresponder a estos sapiens que dejaron sus genes en el ramal de los neandertales que posteriormente emigraron hacia el este.

INTERCAMBIO Y COMPETENCIA

Antonio Rosas también destaca que estos datos ratifican que sapiens y neandertales no eran especies intrínsecamente enemigas, aunque ambas competían por el mismo medio. “El escenario era más complejo. Hubo contacto esporádico entre ambas especies y, además, dejaron descendencia. Intercambiaron genes, pero al mismo tiempo eran competidores”, explica.

“La evolución es como un diagrama en árbol con ligeras conexiones entre las ramas (las distintas especies del género homo). Es como un árbol reticular en el que no existe una línea recta. Nuestra especie no es el destino de la evolución, sino que es el resultado de la diversificación de este proceso”, concluye.