INVESTIGACIÓN JUDICIAL

Benítez confiesa que hizo felaciones al menos a dos alumnos

La redactora de EL PERIÓDICO, María Jesús Ibáñez, y el fotógrafo, Josep García, en la Ciutat de la Justícia de Barcelona.

La redactora de EL PERIÓDICO, María Jesús Ibáñez, y el fotógrafo, Josep García, en la Ciutat de la Justícia de Barcelona. / periodico

J. G. ALBALAT / GUILLEM SÁNCHEZ / BARCELONA

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Joaquim Benítez confesó ayer ante el juez que agredió sexualmente a T. B.C. en el 2010 en el despacho que como profesor de gimnasia tenía en el colegio de los Maristas de Sants-Les Corts, en Barcelona, y la “posibilidad” de que también hiciera tocamientos y una felación a otro alumno, M. G. del P., en el 2007. Así lo refleja el magistrado Miguel Ángel Tabarés Cabezón en el auto por el que acuerda la libertad provisional con cargos para el exdocente. A su entender, no se reúnen los requisitos para decretar su prisión, contra lo que pidió el fiscal.

El juez ha prohibido a Benítez salir del terriotorio español, le ha retirado el pasaporte, ha acordado que comparezca semanalmente en comisaría y le ha vetado realizar actividades educativas, culturales, recreativas o de cualquier otro tipo con menores. El principal denunciante que abrió este caso, el padre de una víctima que padeció abusos por parte del docente, ha mostrado a EL PERIÓDICO su indignación ante la resolución judicial: "Soy incapaz de entenderlo".

El magistrado destaca en su resolución que los hechos relatados por T. B. C. y M. G. del P., que detallaron a los Mossos tocamientos y felaciones que les hizo el que fuera su profesor, podrían ser calificados como delitos de agresión sexual, sin perjuicio de las agravantes que pudieran concurrir por la edad de las víctimas en el momento de los hechos y otros. Detalla que Benítez ha reconocido de “manera abierta” ser autor de los hechos denunciados por T. B. C., la “posible realidad” de lo relatado por M. G. y que pueden surgir aún más casos similares. Por lo tanto, en su opinión, existen “indicios” de delito.

LOS REQUISITOS

Sin embargo, el togado recuerda los requisitos para decretar la prisión y, en concreto, el posible riesgo de fuga alegado por el fiscal. Así, argumenta que los hechos denunciados datan de unos cinco años atrás, “sin que consten posteriores”; que el investigado no tiene antecedentes penales o policiales; que el exprofesor pudo ser localizado fácilmente y que, incluso, Benítez se puso en contacto con el juzgado “por su propia iniciativa” para resolver cuestiones relacionadas con su comparecencia judicial, mostrando su colaboración con la policía" para acudir al juzgado. "No ha sido preciso acordar su detención para hacerle comparecer, siendo suficiente su citación", insiste el juez. 

La resolución expone que Benítez vive con su hermano, que padece “minuslavía”, y que “no consta” que el exdocente tenga ninguna relación en el extranjero, ni que disponga de bienes para sostenerse fuera de España. Eso sí, destaca, por último, que en su declaración “ha reconocido la veracidad de algunos de los hechos y no niega que pudieran surgir otros”.

DECLARACIÓN DE DOS PERIODISTAS

En opinión del juez, no puede "deducirse una falta de voluntad” de Benitez de permanecer localizable, finalidad que se pretendía garantizar con su presión. Respecto a este punto, el magistrado menciona las declaraciones judiciales de la reportera de EL PERIÓDICO María Jesús Ibáñez y del fotógrafo del mismo diario Josep García, que el viernes entrevistaron en exclusiva a Benítez en su casa. Los periodistas precisaron que cuando el docente se refirió a que “después de declarar ante el juez, intentaré estar ilocalizable”, era porque no quería que otros medios de comunicación ni otras personas le encontraran.

Las denuncias contra el presunto pederasta, por otra parte, siguen aumentando. Este sábado ha declarado ante los Mossos otra una nueva víctima, ahora mayor de edad, que habría sufrido los abusos hace bastantes años. Están pendientes de declarar ante la policía autonómica otros cinco supuestos afectados. El número podría aumentar porque Benítez tuvo contacto con menores fuera del colegio y su afición al 'shoot-ball', el viejo juego de pelota conocido como t'tirar a matar', que Benítez reglamentó y promocionó con la ambición de convertirlo en disciplina olímpica.