DENUNCIA DE LA COMUNIDAD EDUCATIVA

Las becas comedor olvidan a 220.000 alumnos pobres

Un niño come su postre en el comedor de un colegio de Terrassa.

Un niño come su postre en el comedor de un colegio de Terrassa.

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / BARCELONA

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Que dejen de ser «una gracia, una ayuda casi de beneficencia», y que pasen a ser consideradas un derecho en toda regla. Solo así, garantizando el acceso de todos los que las precisan, las becas de comedor llegarán a cubrir las necesidades de los alumnos más vulnerables. Las 80.000 ayudas que este curso tiene previsto conceder la Conselleria d'Ensenyament, que reserva para tal propósito un presupuesto de 48 millones de euros, son, a partir de esta premisa, «insuficientes», aunque algunas de ellas cubran el 100% del gasto del servicio, denuncia la Plataforma Drets dels Infants en l'Àmbit Educatiu (DIAE). La entidad calcula que en Catalunya hay unos 300.000 jóvenes de 3 a 16 años viviendo bajo el umbral de la pobreza, según datos del Institut Català d'Estadística.

La plataforma, que ayer organizó una jornada de ayuno de 24 horas para apoyar la revisión del sistema de becas de comedor, considera que los requisitos implantados hace tan solo dos años por Ensenyament para que un alumno pueda ser beneficiario de una ayuda «son draconianos», dijo Xavier Montagut, portavoz de la Alianza por la Soberanía Alimentaria, una de las entidades integrantes de la DIAE. «El proceso burocrático que han de seguir las familias es largo y farragoso», lamentó Montagut, que lamentó que la situación es «tan endemoniada» que, encima, las administraciones no hacen sino que «tirarse piedras sobre quién tiene la culpa». En lugar de eso, deberían centrarse en la solución.

UN 0,01% MÁS DE PRESUPUESTO

«Comer sano y de forma suficiente es parte del derecho a la educación y como tal tendría que ser gratuito», insiste el manifiesto que ha elaborado la plataforma y que ha sido enviado a los partidos políticos. Para garantizarlo, bastaría con que la Generalitat aumentase una centésima (o un 0,01%) el porcentaje del presupuesto de la Conselleria d'Ensenyament y este se destinase a las becas de comedor, de modo que de los actuales 48 millones de euros se alcanzaran los 250 millones.

«Más allá de las cantidades destinadas a este concepto, y que se han incrementado estos dos últimos cursos, el problema es que sigue habiendo demasiadas trabas, demasiadas administraciones implicadas y poca coordinación entre ellas», clamó el presidente de la federación de asociaciones de padres de alumnos (Fapac), Àlex Castillo, otra de las entidades participantes en el ayuno, junto con el resto de asociaciones que forman el Marc Unitari de la Comunitat Educativa (MUCE).

Castillo lamentó que este curso, «un año más», muchas familias que reúnen los requisitos aprobados por Ensenyament se están quedando sin la beca, «lo que obliga a ayuntamientos y a las propias escuelas a crear sus propios programas de ayudas para poder atender debidamente a los niños afectados».