DEBATE TRAS UN CONTAGIO DE DIFTERIA EN LA GARROTXA

Los médicos alertan contra la propaganda antivacunación

El Hospital maternoinfanil de Vall d'HEbron

El Hospital maternoinfanil de Vall d'HEbron / periodico

TONI SUST / BARCELONA

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Cada año nacen en Catalunya cerca de 70.000 niños. De ellos, unos 2.000 no son vacunados. Y no lo son por militancia paterna, porque sus progenitores consideran que es mejor que no se vacunen, con el fin de evitar supuestos riesgos no demostrados científicamente. El verdadero riesgo, subrayan los especialistas, lo causa no vacunar. El debate no es nuevo y rebrota especialmente cada vez que se dan dos situaciones potenciales: la de que una vacuna cause un perjuicio o la de que no vacunar a un menor lo haya causado. Estamos ante la segunda opción: el caso del niño de Olot que no fue vacunado, que sufre difteria (el primer caso en España en los últimos 30 años) y está ingresado, muy grave.

Ante el caso, una de las preguntas es obvia: ¿convendría obligar a las familias a vacunar a sus hijos? Los médicos consultados por este diario consideran que no, que la obligación no debe de ser el camino. No lo duda Carlos Rodrigo Gonzalo de Liria, jefe de servicio de Pediatría y profesor de Pediatría en el Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti). Rodrigo, que también es vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología, quien subraya que un 95% de los niños son vacunados en España. «No soy partidario de la obligatoriedad porque me he acostumbrado a vivir sin ella», afirma, al margen de citar otro motivo: «No es bueno actuar en caliente». «Ese 95% de implantación de las vacunas se logró desde la confianza. Es la clave. Es más fiable», prosigue.

PADRES SIN CULPA

El médico disculpa a los padres del niño ingresado: «Alguien les ha engañado. Alguien con conocimiento, probablemente un médico, les ha llevado por una dirección errónea. Y ellos han actuado de buena fe, no tengo duda, solo pueden tener nuestro apoyo». «Que todo vaya bien, esperemos que el niño se recupere y que esto sirva para que se hundan las teorías antivacunas».

En la misma línea que Rodrigo se pronuncia Magda Campins, jefa de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Vall d'Hebron, que alude a las cifras: «No obligaría porque afortunadamente en España el numero de personas que no vacunan a sus hijos es pequeño en comparación con otros países. Hacerlo obligatorio podría reducir el número de vacunados. Y habría que cambiar la ley, que lo contempla como una recomendación». Campins dice que en países como Inglaterra, Alemania y EEUU hay grupos antivacunación más activos.

«En España no es necesario que sea obligatorio vacunar, y además por ley es una recomendación. pero sí somos poco beligerantes cuando aparecen grupos dando una imagen negativa de la vacunación y diciendo que es mejor no vacunarse: tendríamos que contrarrestarlos con evidencias científicas, que tenemos. Después de este caso, cuando vuelva la calma, debemos hacer una reflexión profunda sobre qué pasa cuando la gente no se vacuna. Hay que ser más activos al rechazar argumentos que no tienen base».

LOS ARGUMENTOS / Esos argumentos se resumen en uno: el de que no tiene sentido vacunar contra enfermedades que ya no existen. Pero no existen justo porque las vacunas han contribuido a que no haya contagios, lo que no significa que estén erradicadas, coinciden los médicos. «Si alguien dijera que es bueno que las embarazadas fumen y beban alcohol, que es bueno que los conductores tomen unas copitas, a eso se le pondría coto. Sería muy grave, lo entendería todo el mundo. Pero es que algunos dicen cosas de este calibre en relación con las vacunas y nadie les dice nada», se exclama José María Bayas, epidemiólogo del Hospital Clínic y profesor de la UB.

Como Rodrigo y Campins, rechaza implantar la obligatoriedad: «Mejor por convencimiento que por imposición». Bayas echa mano de argumentos que desmontan a los antivacunas: «Hay mucho más riesgo de morir por accidente de aviación que por una vacuna. Y mucha gente tiene miedo al avión y no al coche. Cuando ir en coche es objetivamente más peligroso». Bayas opina que hacer obligatorias las vacunas estimularía las teorías de la conspiración, que juzga infundadas: «La parte del negocio farmacéutico que se dedica a hacer vacunas es el 1% o el 2%. Hacer vacunas no es un buen negocio. Lo son mucho más los fármacos». Otro dato «objetivo» que aporta: «De 750.000 casos de sarampión hace 10 años en el mundo hemos pasado a 170.000. Y eso gracias a las vacunas. Hace dos años hubo 30.000 casos y ocho muertos en Europa como consecuencia de la reducción de cobertura de vacunación».

Los expertos también tienen alguna crítica a los medios de comunicación. Dice Bayas que enfrentar en un debate a un médico provacunas y a uno antivacunas no ilustraría la situación real, «porque en la comunidad científica no hay debate».

EL OTRO LADO

En el otro lado están las entidades que cuestionan la vacunación. El doctor Juan Marín Olmos, fundador del European Forum for Vaccine Vigilance, afirmó ayer que no todas las vacunas son pertinentes y que la de la difteria se introdujo cuando había muchos casos pero la cifra había descendido, informa Efe. Afirmación que choca de frente con los datos estadísticos que contiene el gráfico superior. Marín cree que no se puede atribuir ese descenso a «las escasas vacunas efectuadas; se les atribuyen méritos que se deben a mejores condiciones de vida y a otros factores». Afirmó que la alarma social por el caso de Olot es excesiva y se aprovecha para atacar a quienes discrepan de las estrategias de vacunación.