EN LA UCI

El niño que sufre difteria sigue en estado de máxima gravedad

Una ambulancia, a las puertas del Hospital Vall d'Hebron, donde está ingresado el niño con difteria.

Una ambulancia, a las puertas del Hospital Vall d'Hebron, donde está ingresado el niño con difteria. / periodico

ÀNGELS GALLARDO / BARCELONA

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El niño de 6 años de Olot (Garrotxa) que sufre difteria permanecía anoche en situación de máxima gravedad, en estado «crítico», según los médicos que lo atienden. Se encuentra ingresado en una unidad de cuidados intensivos (uci) pediátrica del Hospital del Vall d'Hebron, donde se le han inyectado las siete dosis de antitoxina diftérica que técnicos del Ministerio de Sanidad localizaron el pasado fin de semana en hospitales de Rusia y Francia. Ningún otro centro sanitario europeo disponía del único fármaco, diseñado a mediados del siglo pasado, susceptible de desactivar la agresividad de la toxina a que da paso la bacteria que transmite la difteria. Este desabastecimiento, que ahora se intentará evitar en España, es consecuencia de la inexistencia de casos de difteria desde que en 1987 se diagnosticó el último. En Catalunya fue en 1983.

Epidemiólogos del Hospital del Vall d'Hebron y de la Conselleria de Salut se desplazaron ayer a Olot para interrogar a las personas que estuvieron en contacto con el pequeño enfermo en la última semana, y para proseguir en la investigación que debe conducir hacia el foco que originó esta infección. Los tres hermanos, la abuela y los padres del niño -familia que hasta ahora era contraria a la vacunación- recibieron el pasado martes la vacuna antidiftérica y siguen un tratamiento antibiótico preventivo. Esta misma protección se ha ofrecido a los compañeros de clase del pequeño, a los profesores de su escuela y al personal sanitario del Hospital de Olot, donde el enfermo fue atendido el pasado 27 de mayo, cuando se le trasladó con fiebre alta y dolor de garganta.

La difteria grave, como la que sufre este niño, causa obstrucción de las vías respiratorias a partir de unas placas membranosas que al principio se localizan en la garganta, que viajan hacia los pulmones. En pocas horas, la infección afecta al corazón y posteriormente a los riñones. El contagio pudo tener como origen el contacto con la respiración de un portador asintomático de la bacteria diftérica, una persona que, sin estar enferma, esté en condiciones de transmitir la infección. No será fácil determinarlo.