El ladrón millonario

El FBI ofrece tres millones de dólares por la captura del creador del virus Cryptolocker, un ruso que se esconde cerca del mar Negro

Evgeni Mijailovic Bogachev.

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CARMEN JANÉ / BARCELONA

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Evgeni Mijailovic Bogachev tiene el dudoso honor de ser el cibercriminal más buscado del mundo. El FBI ha puesto un elevado precio a su captura o a cualquier información que conduzca a ella, tres millones de dólares, por su capacidad para crear un muy potente virus informático, distribuirlo y coordinar la red para obtener las ganancias. Algo así como crear un producto, fabricarlo, ponerlo en el mercado y controlar su distribución. Si el negocio hubiera sido legal, quizás Bogachev estaría hoy en la lista Forbes de los hombres más ricos del planeta, aunque si las acusaciones son ciertas debe ser el cibercriminal más rico del mundo.

Bogachev, de 31 años y conocido también con los alias lucky12345 y slavik, está acusado de haber creado el software Zeus, un troyano destinado a robar información bancaria de usuarios particulares, y el Cryptolocker, capaz de encriptar los ordenadores, y de haber dirigido la red de ordenadores que lo distribuían y de personas que cobraban los chantajes. Cuando los investigadores forenses y la policía lo comenzaron a interceptar, este ruso amante de navegar por el mar Negro creó una variante de la red de ordenadores aún más potente, Gameover Zeus, con la que llegó a infectar un millón de máquinas y que le habría supuesto unos ingresos próximos al millón de euros, según el FBI.

La lista de cargos que se le imputan es extensa: robo, blanqueo de capitales, fraude bancario, robo de identidad, fraude en las comunicaciones. Ha sido condenado, en ausencia, por dos instancias judiciales estadounidenses. Y por si no tenía bastante fama, su foto se ha colgado hasta en los anuncios luminosos de Times Square.

El delincuente saltó a los medios cuando fue acusado de haber sustraído 415.000 dólares de un banco público de Kentucky, el Bullit County, en el que tenían sus ahorros desde una tribu india a un grupo de jubilados. Le encontraron porque sucumbió a la perdición de la mayoría de los hackers: la vanidad. No tuvo escrúpulos en reconocer en un chat que era el creador del software y ofrecerlo por dinero.

Figura en el cuadro de los 16 ciberdelincuentes más buscados por el FBI -en el que figuran cinco delincuentes chinos del mismo grupo, otros dos rusos y otros de distintas nacionalidades, en su mayoría acusados de estafar en compras- con honores que no se reservan a sus otros tres supuestos compinches. Por Ivan Viktorvich Klepikov (alias petr0vich y nowhere), Alexei Dmitrievich Bron (alias thehead) y Viacheslav Igorevich Penchukov (alias tank y father), acusados de coordinar el sistema de pagos de Zeus, el FBI no da ni un dólar.

Bogachev, a quien se perdió la pista incluso en Rusia en junio del 2014, tras la primera acusación del FBI, no ha dado señales de vida desde hace meses. Varios periodistas le buscaron y solo averiguaron que vivía en la ciudad de Anapa, con su mujer y su hija, en una planta completa de un edificio que había blindado a su gusto, y que con las ganancias obtenidas se había comprado varios coches y un yate, además de llevar un tren de vida lujoso, con chófer incluido. Según la prensa británica, los únicos que no le buscan son las autoridades rusas. Tres millones de dólares no han servido para convencerlas.