En busca de ganadores de la Grossa en L'Escala

Ninguno de los afortunados del 2º premio acude a celebrarlo a la gasolinera que ha vendido los billetes

Eva Oliveras, dependienta de la gasolinera de l'Escala, con el número ganador del segundo premio.

Eva Oliveras, dependienta de la gasolinera de l'Escala, con el número ganador del segundo premio. / periodico

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La nueva lotería catalana ha transformado el panorama de las rifas navideñas. Uno de esos cambios es el de la tradicional imagen de un grupo de ganadores brindando con espumeantes botellas de cava ante el establecimiento que ha repartido el premio. Esta mañana, ni uno solo de los 30 afortunados con un billete del segundo premio de la Grossa de Cap d’Any (el 77.879) se ha acercado a la estación de servicio de L’Escala (Alt Empordà) que ha vendido los décimos.

La explicación la ha dado la sobresaltada dependienta de la gasolinera, que se ha visto abordada por una decena de periodistas en cuanto se ha conocido la noticia. "Este es un establecimiento de paso y aquí tenemos clientes de muchos lugares. Hay algunos vecinos del pueblo que vienen cada día a comprar el diario, pero también hay muchos turistas que paran a repostar y muchos de ellos compran lotería", ha explicado Eva Oliveras, que es la empleada que trabajaba este martes en el turno de mañana.

Todo apunta a que los 30 billetes del segundo premio que se han vendido en L’Escala están muy repartidos, ya que el propietario de la estación de servicio tiene otras dos gasolineras y un estanco en la zona. Los empleados no han descartado, por lo tanto, que algunos décimos puedan haberse vendido en varios de esos establecimientos.

El reparto de la lotería

"Estamos muy contentos porque hemos repartido mucha lotería. Ha sido todo un éxito. Calculamos que hemos podido vender unos 2.000 billetes de unos 60 números. Los turistas también se han llevado y hay gente del pueblo que compraba números para enviárselos a familiares en Madrid, Bilbao y otras ciudades de España", ha añadido la dependienta.

Uno de sus compañeros, José Mata, que trabajará este martes en el turno de tarde en la estación de servicio, compartía la alegría de la empleada aunque con un cierto deje de amargura porque, de los 9 billetes que ha comprado en la gasolinera, ninguno es del número agraciado. "En toda mi vida nunca me ha tocado nada, y la única vez que me podía tocar la lotería, porque se ha vendido en la gasolinera en la que trabajo desde hace 40 años, va y tampoco me toca. Es lo que hay", se lamentaba.

Trabajador de una pastelería

La escasez informativa en el punto de venta ha provocado que los informadores se lanzaran a la caza de algún afortunado en el pueblo de L'Escala. Uno de ellos se llama Jordi y trabaja en la pastelería Empori, un establecimiento que regenta con otros miembros de su familia. "Cuando ha salido el número estaba atendiendo a unos clientes y me ha llamado la atención que tenía muchos sietes, un número que a mi me gusta mucho y del que tengo algunos billetes", explica el agraciado.

Uno de esos décimos es del segundo premio, que compró un día cuando fue a repostar a la gasolinera. "Lo vi y me llamó la atención. Ojalá hubiera comprado más porque solo tengo un billete del número premiado. Lo voy a destinar a la hipoteca, aunque no descarto hacer caso a un amigo que me ha aconsejado que haga un pequeño viaje", comenta