Las PROTAGONISTAS

Ya no hace falta canguro

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Matilde Gomis

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La economía feminista ilustra la importancia del trabajo doméstico realizado por las mujeres para la economía de un país a través de este ejemplo: cuando antiguamente el señor se quedaba viudo, el PIB bajaba porque se casaba con la criada, que pasaba a ser la señora de la casa haciendo el mismo trabajo pero sin cobrar. En la actual situación de crisis, cuando un hombre se queda en el paro se deprime, no sabe qué hacer con la vida, tiene una sensación de fracaso por no cumplir como cabeza de familia, puede haber alcoholismo u otras conductas negativas. En definitiva, se convierte en un problema social cuya solución es que vuelva a encontrar trabajo lo antes posible. Cuando una mujer se queda sin empleo, se deprime, se siente fracasada y se plantea su vida también, pero nunca se cuestiona su papel como mujer en la sociedad. Es más, el núcleo familiar puede incluso beneficiarse: mamá está en casa y, por tanto, ya no hace falta canguro, o la abuela puede dejar de estar pendiente de la merienda de los nietos. Dado que probablemente cobraba menos que su marido, la economía familiar no lo notará tanto e incluso reducirá gastos porque los niños comerán en casa y no en el colegio. Incluso el barrio y la escuela lo notarán positivamente porque puede que se plantee retomar su participación en la ampa o en el consejo de barrio. La crisis está afectando de forma diferente a las mujeres y, como ha ocurrido en otras ocasiones en la historia, estamos aguantando sus efectos de forma silenciosa e invisible: como la señora de la casa.