TECNOLOGÍA AL SERVICIO DE LA DESCONFIANZA HUMANA

Otelo vigila tu 'smartphone'

El espionaje doméstico para resolver la duda sobre una infidelidad es cada día más accesible

Ojo oculto  8 Un dispositivo de espionaje doméstico.

Ojo oculto 8 Un dispositivo de espionaje doméstico.

VÍCTOR VARGAS LLAMAS
BARCELONA

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Es posible que al acabar de leer estas líneas le asalten terribles teorías conspirativas y empiece a sentirse vigilado, como si algo extraño se cociera a su alrededor. Y, peor aún, puede que esta sensación la experimente en su propia casa. No se alarme. Probablemente sea una impresión injustificada. Aunque también habrá quien descubra una realidad inesperada: su pareja podría sospechar que usted le es infiel. Sean fundadas o no esas sosospechas.

La constatación de ser víctima de espionaje doméstico puede llegar del objeto más inesperado. De la calculadora abandonada en un rincón de su hogar y que, además de hacer cuentas, graba audio y vídeo a todo color en sus 4 Gb de memoria. O del nuevo bolígrafo que su amada pareció olvidar en el comedor y que, créalo, puede reproducir seis horas de imágenes, jadeos y otras pruebas irrefutables. El testigo definitivo puede ser la linterna que lleva días deambulando por estancias inesperadas e incluso lo que usted creía que solo era el mando a distancia del coche de su pareja. Objetos de uso cotidiano que, además de desarrollar la función que se espera de ellos, ocultan una microcámara de última generación bajo una apariencia que no despierta la menor sospecha.

Prenda bajo sospecha

También hay quien opta por soluciones más expeditivas.«Un hombre celosísimo nos trajo las bragas de su chica y pretendía que le hiciéramos el test de infidelidad con el que se detectan restos de semen», recuerda Nuria Mir, vendedora deLa tienda del espía. Una conducta nada habitual entre ellos, ya que, a diferencia de las mujeres, muchos aseguran de entrada que el producto es«para un amigo»,dice Lola Giménez, compañera de Mir. Para compradores más sutiles, los programas que permiten monitorizar teléfonos inteligentes son el producto más demandado para descubrir infidelidades. Registro de llamadas, e-mails, sms, whatsapps... Toda la comunicación bajo el control del Otelo del siglo XXI una vez descargue un programa en el teléfono de su pareja mientras se ducha o duerme la siesta. O mejor aún: elsoftwarepuede venir incorporado en el móvil que le regalará aprovechando la próxima fecha señalada. Artilugios y programas que van de los 100 euros a los 550 euros y con un gran potencial, más allá del de descubrir felonías amorosas.

El móvil delator

Las nuevas tecnologías como vía de contacto para los infieles y, al mismo tiempo, el delator definitivo para cónyuges recelosos. De esta ambivalencia dan fe profesionales contrastados como la abogada María José Varela.«Cada vez más divorcios llegan por descubrimientos en redes sociales, sms...»,dice quien lleva tres décadas de experiencia en procesos matrimoniales. Un extremo que corrobora el detective privado Josep Maria Oliver.«El 99,9% de infieles recurren a herramientas del móvil para el cortejo antes de que la relación culmine en el contacto íntimo», asegura el investigador. Varela afirma que, a priori,«todo el mundo tiene derecho a grabar sonidos e imágenes en su propia casa»,pero advierte de que los programas espía pueden vulnerar el derecho a la intimidad si la persona objeto de vigilancia demuestra que se accedió al contenido de sus comunicaciones sin su consentimiento. Y recuerda que, sea cual sea la contundencia de las pruebas, son argumentos estériles en una demanda de divorcio, pues el Código Civil«no describe la causa como motivo de prueba».

En cualquier caso, el uso de estos avances se extiende«porque todo el mundo quiere conocer la verdad»,dice Núria Mir. Además, en los últimos años la tecnología relacionada con el espionaje se democratiza con la reducción de costes y el gran público accede a aplicaciones como la que controla la actividad de la pareja en las redes sociales.

Ellas investigan más

Se trata de un programa con mucho más éxito entre ellas, pues por cada hombre que lo usa tres mujeres lo tienen descargado en su ordenador, según un estudio de la multinacional de seguridad informática Bitdefender realizado entre 1.600 personas de 41 países. Nada es casual. Y es que, como coinciden Varela y Oliver, con o sin avances tecnológicos, ellas tienen más motivos para sospechar.