TRAGEDIA EN EL ALT EMPORDÀ

Las llamas arrasan el 90% de Capmany

Un camping queda arrasado y una familia de ocho personas pierde su casa por el fuego

Llamas en Capmany el pasado domingo.

Llamas en Capmany el pasado domingo. / periodico

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El incendio que ha arrasado miles de hectáreas en la zona del Alt Empordà se ha llevado por delante el 90% del término municipal de la localidad de Capmany y con ello la casa y todo lo que poseía una familia formada por ocho personas.

Capmany es un pueblo absolutamente rodeado de cenizas y bosques arrasados por el fuego que, aunque han respetado la gran mayoría de las casas, se ha llevado por delante un camping y alguna vivienda, como la de una familia formada por un matrimonio, sus trillizos, su hija de un año y medio y los padres de la mujer.

El cámping de Les Pedres ha quedado arrasado por el fuego y ha dejado sin nada a varias familias que vivían allí de forma permanente. "Pensábamos que sería como en 2006, que el incendio no llegaría hasta aquí, que pasaría de largo o que lo apagarían", ha dicho Sylvie, una francesa que trabaja en el pueblo y que llevaba más de diez años viviendo en el cámping.

"Esta era mi casa principal, lo he perdido todo", ha confesado apesadumbrada, aunque se considera en cierto modo afortunada, ya que no ha sufrido daños personales y ha podido salvar el coche y a los dos perritos que vivían con ella, porque tuvo que salir casi "con lo puesto" pero "sin prisas".

 En el camping solo queda en pie el edificio de la recepción y una caravana cuya propietaria, una mujer de Escocia que vive desde hace años en estas instalaciones, es una "afortunada" por seguir viva y comenta con ironía que solo queda en pie su caravana, aunque medio derretida y deshecha por dentro, por lo que deberá buscarse otra casa.

"Estoy intentando asimilarlo, estoy entre la pesadilla y el sueño. No se qué pensar, las noches me las paso pensando en todo lo que tenía allí, lo que ya no tengo", ha explicado entre sollozos Lydia de la Rubia, natural de Mallorca y vecina de Capmany desde hace años.

Lydia recuerda con claridad como el día del incendio el cielo se volvió naranja: "nos asomamos a la azotea de casa y vimos que había fuego en Le Perthus, pero parecía lejos".

Evacuados por los Bomberos

La familia hizo la última comida en su casa ese mismo domingo, día 22, después volvieron a mirar el incendio desde la azotea y vieron que las llamas estaban ya a pocos kilómetros y que la tramuntana las avivaba y extendía rápidamente. "Salí de casa con los niños y mi madre hacia el pueblo con lo puesto. Pensábamos que los bomberos lo apagarían, pero estaba totalmente descontrolado y con ese viento era imposible", ha rememorado Lydia.

Su padre y su marido se quedaron mojando toda la propiedad, una casa familiar situada en lo alto de Capmany, pero a los pocos minutos los bomberos evacuaron la zona de urgencia, ya que las llamas estaban a punto de arrasarlo todo, como finalmente ocurrió.

Los padres de Lydia regentan la Casa Fraternal, una mezcla de cafetería y club social en el centro del pueblo, pero el local es del ayuntamiento. Ella no tiene trabajo y su marido solo trabaja media jornada, según ha relatado. "Lo he perdido todo, he salvado al perro y de milagro, toda la casa arrasada. Las fotos, los recuerdos, todo, la cuna, las cosas de los niños", ha recordado entristecida mientras explicaba que los trillizos se han ido a vivir unos días con su hermana, hasta que sepan cómo podrán organizarse.

Casa alquilada

Lydia de la Rubia se ha quedado en Capmany con sus padres y su hija de un año y medio "que está muy nerviosa y come poco". De momento se quedarán a vivir en una casa que tenían alquilada en el pueblo y que hace poco se quedó sin inquilinos, pero esa es una casa "totalmente vacía, sin muebles, sin ropa, sin nada". De la Rubia ha agradecido el comportamiento de algunos de sus vecinos que ya les han dado colchones y ya les han pedido cuáles son sus tallas para poder darles ropa y salir del paso, mientras van viendo como a su alrededor todo ha sido arrasado.