«Pocas de las mujeres de la escuela son catedráticas»

Tània de los Santos no es ingeniera de formación. Ella es física, pero lleva 29 años trabajando entre ingenieros y dando clases a futuros ingenieros. Ahora imparte clases de Transporte y tiene alumnos que se dedican a fabricar prototipos de coches y reciben ya ofertas de la Seat.«Quienes estudian esta carrera llegan fundamentalmente por dos motivaciones: por tradición familiar y porque sienten pasión o al menos cierta afición por la mecánica y los motores», argumenta Tània, que es vicedirectora de Estudiantado en la Escuela de Industriales de Barcelona.

¿Y a las chicas no les gustan los motores?«No, no se trata solo de eso»,responde. De hecho, la escasa presencia femenina en los estudios de ingeniería (en la actualidad las chicas son en torno al 17% del alumnado de industriales) no es«un fenómeno exclusivo de España, también en el resto del mundo el diferencial es muy alto»,alega. Y eso que, observa,«son unos estudios con una muy buena salida profesional, algo muy importante en estos momentos».

Cierto es que las mujeres«suelen seguir especializaciones o intensificaciones, como se llaman en la escuela, de gestión o de medio ambiente y son minoritarias en las áreas mecánicas y tecnológicas». Dos disciplinas, estas últimas, que son precisamente las que ella imparte.«A mí sí me gustan, ya ves...»,admite sonriente.

Coincide con el resto de entrevistadas en que ser mujer entre tanto hombre nunca ha sido problema.«Las mujeres que damos clases en la escuela solemos ser físicas, químicas o matemáticas. Ingenieras son pocas y, la verdad, muy pocas entre nosotras han llegado a ser catedráticas»,señala.