Singular iniciativa agrícola en la Ribera d'Ebre

Rasquera sopesa acoger el cultivo de maría de un club de fumadores

Una imagen de Rasquera, ayer.

Una imagen de Rasquera, ayer.

SÍLVIA BERBÍS
RASQUERA

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El Ayuntamiento de Rasquera (Ribera d'Ebre) está a la espera de los informes que ha solicitado para someter a la deliberación del próximo pleno municipal un proyecto agrícola que poco tiene que ver con los cultivos de olivos y árboles frutales que dibujan el paisaje del municipio. Se trata de aprovechar las condiciones climáticas de la población, entre la sierra de Cardó y la cubeta de Móra, para implantar el cultivo de marihuana para el autoconsumo de los miembros de la Asociación Barcelonesa Cannábica de Autoconsumo (ABCDA).

La entidad sin ánimo de lucro promotora del proyecto de plantación presentó su iniciativa hace unos meses ante el consistorio de la pequeña localidad, que antes de aprobar la iniciativa ha reclamado asesoramiento jurídico para conocer la viabilidad legal de desplegar una plantación de cannabis en el término municipal.

«Si llegan a tiempo los informes, debatiremos el tema en el próximo pleno», se limita a decir el alcalde del municipio, Bernat Pellissa (ERC), quien prefiere no dar detalles del convenio de colaboración que podría establecerse entre el consistorio y la asociación para sacar adelante una propuesta que, en principio, se observa desde algunos sectores de la población como una opción de desarrollo económico vinculada a la agricultura, fuente principal de riqueza en Rasquera.

LOS BENEFICIOS / Por su parte, miembros del club de consumidores de cannabis «con finalidades terapéuticas y lúdicas» admiten que «por el momento se trata solo de un proyecto en el que estamos trabajando». Tanto el ayuntamiento como la asociación se muestran muy prudentes a la hora de exponer los pormenores de la iniciativa para evitar que se tuerza prematuramente una de las escasas propuestas de actividad económica que han llegado en meses al municipio.

La idea planteada por la ABCDA pasa por establecer un convenio de colaboración por el que el ayuntamiento percibiría una cantidad aproximada de 30.000 euros anuales y a través del que se buscaría obtener algunos beneficios para la población vinculados a la plantación de marihuana. Así, se contempla crear algunos puestos de trabajo que emplearían a vecinos del pueblo en tareas agrícolas adaptadas al cultivo de estas plantas. Para la preparación posterior de las matas, una vez recolectadas, se analiza la opción de utilizar una de las naves de la cooperativa agrícola, que sería usadas como secadero. Otra de las labores a desarrollar sería el empaquetado de la maría en pequeñas bolsas, dispuesta para su distribución entre los afiliados a la entidad. Aunque no ha trascendido la superficie de terreno que sería necesario ocupar para desarrollar la plantación, fuentes cercanas al proyecto han especificado que la asociación estaría dispuesta a pagar alrededor de 400 euros anuales por cada hectárea de terreno privado en concepto de alquiler.

2.000 SOCIOS / «El cannabis para el autoconsumo es legal, y estamos hablando siempre de movernos dentro de la ley», expone un miembro de ABCDA. En realidad, se trataría en este caso de aprovechar «una brecha legal» implantando cultivos colectivos en los que se tenga en cuenta una proporcionalidad entre lo que cierta jurisprudencia determina que equivale al cultivo para el autoconsumo y el número de consumidores. Los miembros de la asociación cannábica promotora, unos 2.000 aproximadamente, firman una declaración de consumo responsable al afiliarse a la entidad. Las cantidades a producir en Rasquera, en principio, servirían para abastecer la demanda anual que generan los socios.

DELITO / Al contrario de lo que alega la asociación, y a la espera de los informes oficiales, el jefe de investigación de la comisaría de los Mossos d'Esquadra en Tortosa, Eduardo Gil, sostiene tajante que «no existe ningún vacío legal». Gil remarca que «el Código Penal no genera ninguna duda al respecto, y tipifica como acto delictivo la ejecución de actos de cultivo, elaboración o tráfico, o de otra forma de promocionar o facilitar el consumo ilegal de drogas». Otra cosa, apunta, «es que una vez llevado a cabo un procedimiento penal, se concluya que un cultivo no sea para el tráfico sino para autoconsumo, pero en principio, una sola planta es cultivo y eso es delito».

Hasta octubre del 2011 los Mossos d'Esquadra, el Cuerpo Nacional de Policía, la Guadia Civil y las policías locales habían confiscado en Catalunya al menos 12.300 plantas de marihuana en una veintena de plantaciones, una cantidad que multiplica casi por cinco las 2.500 matas intervenidas en todo el 2010. El aumento se debe a la proliferación tanto de los cultivos para el autoconsumo como de las grandes plantaciones para el tráfico.