EL ESTADO DE LA IGLESIA EN CATALUNYA

87 de cada 100 católicos no van a misa los domingos

El 65% de los catalanes son religiosos, 8 puntos menos que la media española

JORDI CASABELLA / Barcelona

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El invierno por el que atraviesa la Iglesia en España, donde en 20 años se ha pasado de contar con un 90% de la población que se declaraba católica al 73%, es más riguroso en Catalunya. El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) desvela que poco más del 65% de los catalanes consideran al catolicismo como su religión. De estos, un universo formado por unos 4,5 millones de habitantes, un 87%, no cumple con el precepto de ir a misa los domingos y festivos.

Las credenciales de la Iglesia catalana que el domingo arropará al Papa son todavía peores si se comparan con las que se registran en Galicia, la comunidad en la Benedicto XVI recalará durante la jornada de mañana, sábado. Allí los católicos superan el 83% de la población. De ellos, un 20% asegura frecuentar la iglesia todos los domingos, un porcentaje que se sitúa siete puntos por encima del contabilizado en las diócesis catalanas.

La situación en los seminarios de Catalunya, otro de los indicadores que se suelen usar para tomar la temperatura del fervor católico, no es mejor. Los datos de la Conferencia Episcopal Española del curso 2009-2010 atestiguan que mientras que en España hay un aspirante al sacerdocio por cada 36.000 habitantes, en Catalunya la proporción es de uno por cada 60.000. En el 2009, se ordenaron en España 116 sacerdotes, uno por cada 320.000 habitantes. La equivalencia, en el caso de los 11 que se incorporaron a los obispados catalanes, era de uno por cada 627.000.

DESERCIONES DE JÓVENES / El barómetro del CIS ha detectado igualmente que los niveles de desafección hacia la religión católica no solo son mayores entre la población más joven, la que tiene entre 15 y 29 años, sino que en los últimos años las deserciones han crecido de forma acelerada, sin que en este capítulo puedan desagregarse los datos de los entrevistados catalanes de los del resto. La mitad de los españoles que se

encuentran en esa horquilla no se consideran ya católicos, recoge el centro de estudios sociológicos dependiente del Gobierno central. En 1992, un 82% todavía se identificaba con el catolicismo.

Cuestiones como el preservativo, las relaciones prematrimoniales o el divorcio, condenadas todas ellas por la doctrina de la Iglesia católica, son ampliamente aceptadas por los jóvenes --también el aborto y el matrimonio homosexual, aunque en menor medida-- y han contribuido a alejarlos a pasos agigantados de la práctica religiosa, coinciden los expertos.

Otro de los frentes habituales en los que se toma el pulso de la devoción es la escuela. El episcopado admite que el porcentaje de alumnos que siguen la asignatura de religión católica en los centros escolares públicos, un índice que en Catalunya se encuentra por debajo del resto de España, ha descendido un 1,5% en un año, una proporción que, de repetirse en años sucesivos, comenzaría a resultar inquietante.