TRETAS EN EL SACRIFICIO DE CORDEROS Y TERNERAS

Los mataderos burlan la obligación de aturdir al ganado antes del degüello

Corderos sacrificados a la manera 'halal', ayer en el matadero de Girona.

Corderos sacrificados a la manera 'halal', ayer en el matadero de Girona.

FERRAN COSCULLUELA / Girona

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Es probable que el entrecot que usted se comerá hoy, el filete que saboreó hace unos días o las costillas de cordero de este fin de semana provengan de ganado sacrificado según el rito islámico (halal). Este procedimiento excepcional, contemplado como tal por la normativa sobre protección de animales que obliga a los mataderos de aturdir al animal antes del degüello, se está convirtiendo en una regla generalizada debido a los intereses industriales y comerciales del sector. El abuso ha transformado en un coladero una singularidad prevista para una minoría religiosa y que los consumidores desconocen, dado que la legislación no obliga a las carnicerías a informar del modo de sacrificio.

En el 2005, en Mercabarna se mató mediante este ritual al 15% del ganado bovino. Cinco años más tarde, en el mismo matadero el porcentaje de las terneras que se sacrifican al modo islámico asciende al 52%, según portavoces de la empresa. En el caso del ganado ovino, el porcentaje de halal es del 35% y, a diferencia de las terneras, muchas de esa carne se destina a la exportación. Estos porcentajes eran semejantes a los del matadero de Girona hasta hace poco, ya que desde el verano pasado en la instalación gerundense se sacrifican a todos los corderos por el rito islámico. La decisión de matar al 100% del ovino sin aturdimiento previo  se tomó tras una amonestación de Salut por colgar a los animales por las patas para aturdirlos.

TODOS LOS CORDEROS / El matadero de Girona, que no es el único de la provincia que mata a todos los corderos según el modo halal, aprovecha las grietas de la norma actual, que permite que cualquier carnicería o distribuidor pueda solicitar que se sacrifique de este modo a sus animales. «Si pasan más de 10 segundos entre el aturdimiento y el desangrado, se producen pequeñas hemorragias internas y la carne pierde calidad, por eso lo hacemos así», reconoce Josep Maria Puigvert, gerente del matadero gerundense.

Esta instalación está trabajando para encontrar un sistema de producción que evite el lapso entre el aturdimiento y el degüello. Sin embargo, Puigvert asegura que muchos clientes no islámicos le han pedido que siga sacrificando a sus animales con el rito halal aunque consiga subsanar este problema. «Es lógico, porque el aturdimiento eléctrico, que es el que se emplea con los corderos, hace aumentar la tensión sanguínea del animal y produce pequeñas hemorragias internas que empeoran el aspecto de la carne», afirma.

El gerente del matadero de Girona coincide con otros expertos del sector en que al menos un tercio del ganado que se sacrifica en Catalu-nya se mata sin aturdimiento. Ignasi Pons, responsable técnico de la Federació Catalana d'Indústries de la Carn (Fecic), rebaja este porcentaje al 25% como máximo, y destaca que las cifras elevadas que ofrecen Mercabarna y el matadero de Girona se deben a que son grandes instalaciones que «concentran» los sacrificios islámicos de sus áreas de influencia.

SALIDA EN EL MERCADO  Al contrario de lo que ocurre con el cordero, hay pocos expertos que defiendan que la carne de ternera sacrificada con el rito islámico sea de mejor calidad que la convencional. Puigvert apunta otras razones para el aumento de esta práctica con el bovino: «Por costumbre y por poder adquisitivo, la clientela musulmana suele comprar partes del ternero que no utilizan los demás clientes, como las patas delanteras y otros cortes de baja calidad. Estas piezas a veces se quedan sin vender cuando las reses se matan por el sistema convencional. Así que, para aprovechar al máximo el animal, se mata al modo islámico y esas partes se colocan en comercios halal, mientras que el resto, las partes nobles y los cuartos traseros, se venden en las carnicerías convencionales».