CONFLICTOS

Las oenegés avisan del rechazo creciente a los centros sociales

Pancartas en Pla d'en Boet (Mataró) contra el centro de menores.

Pancartas en Pla d'en Boet (Mataró) contra el centro de menores.

FIDEL MASREAL
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El rechazo vecinal a la apertura de un centro de acogida de menores en Mataró (Maresme) ha llevado a distintas entidades sociales y vecinales catalanas a hacer un llamamiento a la responsabilidad y la tolerancia ciudadana para facilitar la apertura de este tipo de equipamientos destinados a colectivos en situación de precariedad.

La oposición de vecinos del barrio de Pla d'en Boet al centro de menores es preventiva, porque esta instalación todavía no está funcionando. Alegan que otro centro de acogida de la ciudad, que alberga a unos 30 menores de 12 a 17 años, ha generado graves problemas de inseguridad y convivencia por parte de algunos adolescentes.

Pese a que no es la primera vez que un centro de menores genera malestar antes de abrir sus puertas, el caso ha provocado una notable preocupación en las asociaciones que trabajan con colectivos en riesgo de exclusión. «La gente tiene unos miedos infundados. Pasa con los centros para drogodependientes, con los inmigrantes y ahora con este equipamiento que es más que necesario para los menores, porque faltan plazas. Debemos hacer una reflexión sobre la corresponsabilidad de la sociedad», opina Àngels Guiteras, presidenta de la Taula d'Entitats del Tercer Sector, que agrupa a 27 federaciones sin ánimo de lucro.

Estas oenegés añaden que, en el caso de los menores, la integración en su entorno vecinal es fundamental. «La buena convivencia es la única garantía de cohesión social. Debemos ser más tolerantes y respetuosos, especialmente cuando se trata de menores», explica Josep Torrico, director de la Fundació Marianao y con una amplia trayectoria de colaboración vecinal codo con codo con esta entidad con más 25 años de vida en Sant Boi (Baix Llobregat). «Nuestra experiencia nos dice que el trabajo con el vecindario y el barrio siempre da mejores resultados. En cambio, abrir un centro con el rechazo del entorno es complicado», añade Torrico.

INFORMACIÓN Y SOLIDARIDAD / Hablando de vecindario, el presidente de la Confederación de Asociaciones de Vecinos de Catalunya (CONFAVC), Joan Martínez, explica que en el caso de Mataró el rechazo se circunscribe a una parte del vecindario, debido a la falta de información previa por parte del ayuntamiento. Por ello, reclama más pedagogía institucional antes de acordar la apertura de un centro, ofreciendo garantías de cumplimiento con la legalidad. Dicho esto, Martínez opina que «todo equipamiento para ayudar a menores que tienen problemas en casa debe ponerse en marcha cuanto antes. Si los vecinos dejamos de lado las cuestiones sociales, vamos mal».

El nuevo centro residencial y educativo estará dirigido por Jaume Clupés, un veterano en el sector. No en vano preside la federación de entidades de apoyo a la infancia y la adolescencia. Clupés tiene el aval municipal y el de la Generalitat. La Conselleria d'Acció Social i Ciutadania confirmó ayer que ha concertado las 20 plazas para menores de 6 a 16 años de que dispondrá el local.