LA GRAN CITA DEL CINE FANTÁSTICO DE CATALUNYA

'Matar a Dios': la familia y uno más

Los catalanes Pintó & Caye presentan en Sitges su ópera prima, una estimulante comedia negra sobre la miseria del ser humano repleta de sonrisas congeladas

Caye Casas y Albert Pintó, tras la presentación de 'Matar a Dios' en Sitges

Caye Casas y Albert Pintó, tras la presentación de 'Matar a Dios' en Sitges / periodico

Julián García / Sitges

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Una noche de copas, Caye Casas y Albert Pintó plantearon un juego a sus amigos en forma de pregunta: si el mundo se acabara mañana y tuvierais que elegir solo a dos personas para sobrevivir... ¿a quién elegiríais? La discusión entre ellos fue tan arrebatada que vieron que ahí, en ese dilema a lo cuento de Richard Matheson, había una historia que contar. Tanto es así que acabó siendo el punto de partida de su ópera primas, 'Matar a Dios', estimulante comedia negra repleta de risas congeladas presentada este jueves a concurso en Sitges, y que evoca al primer Álex de la Iglesia y a los Jeunet & Caro de 'Delicatessen'. "Eso nos dicen, y está guay que nos comparen a esas bestias pardas. A ver si estamos a la altura... de sus zapatos", bromean a dúo..

En 'Matar a Dios', cuatro miembros de una familia se disponen a celebrar el fin de año en un caserón aislado en medio del bosque cuando irrumpe en el hogar un misterioso vagabundo enano que asegura ser Dios. No solo eso: les anuncia que exterminará a la especie humana cuando salga el sol y les ofrece la oportunidad de elegir a dos únicos supervivientes. El problema es que los que deben elegir a Adán y Eva son cuatro desventurados que reflejan algunas de las peores miserias del ser humano. "La película es una crítica a saco de la especie humana", explica Casas. "Lo dice un personaje: somos basura, un cáncer para el planeta. Dios se ha dado cuenta de que esto del hombre no le ha salido bien y ofrece a la especie humana, en este caso cuatro desgraciados, una última oportunidad. Si la caga, todo se acabará y el planeta vivirá con sus pajarilos y sus cucarachas".

Más allá de los loables propósitos reflexivos, 'Matar a Dios es puro humor negro. "Es nuestra marca de la casa, humor irreverente, surrealista, grotesco, con mala leche, para intentar hablar de temas potentes", explica Casas. "Queremos hacer reír, pero un poco, sin pasarnos, porque también queremos que se nos tome en serio", le secunda Pintó. Ambos ríen a mandíbula batiente durante la conversación con este diario. "Somos amigos desde hace muchos años y nos gusta trabajar juntos". 'Matar a Dios' es su primer largometraje, pero ambos ya firmaron el premiado corto 'Nada S.A.' en el 2014 y el recién terminado 'RIP' como Caye & Casas. "Yo me encargo más del tema de la puesta en escena, de la cámara", dice Pintó (Sant Cugat, 1986), realizador de espots y profesor en la ESCAC. "Y yo me cierro a trabajar con los actores. ¡Les pego!", bromea Casas (Terrassa, 1975), ilustrador que los más futboleros recordarán como el autor (Caye) de las tiras en las contraportada del 'Sport' durante varios años. 

Una de las grandes bazas de 'Matar a Dios', aparte de su título provocativo ("tenemos pocas armas, somos ratas de cloaca, y debíamos aprovechar su tirón") es el estupendo trabajo de Boris Ruiz, Eduardo Antuña, Itziar Castro y David Pareja como la familia y Emilio Gavira como Dios. "Esta es una peli de actores cien por cien, y éramos conscientes de que si ellos no estaban bien no teníamos nada", admite Casas. "En realidad, 'Matar a Dios' es un milagro: hemos tenido un presupuesto ultramegapequeño y todo se ha hecho por amor, rodando solo a una o dos tomas...", dice Pintó. "Pero aunque hubiéramos tenido más tiempo y dinero, ¡no nos habría quedado mejor!".  

El plano Haneke

Caye y Casas reconocen con admiración las influencias de De la Iglesia y Jeunet & Caro, pero abren la puerta a otras, decenas, cientos de referencias. "Es que no te das cuenta, pero acabas haciendo un refrito de esas cosas que te gustan, a cada uno cosas diferentes, y te sale un cóctel muy 'Caye & Pintó'', afirman. "En el rodaje había momentos en los que nos decíamos: venga, va, hoy es el día del plano Scorsese, hoy es el del plano Fincher, hoy toca el plano Haneke. ¡El refrito es total! La peli no sé qué sera, pero los ingredientes son cojonudos", bromea Casas, que se declara fan de pocas películas pero con mucha intensidad: "Algunas las habré visto como 30 veces". Pintó prefiere abrir el radio de acción: "Yo llevo toda la vida haciendo cortos y valoro el esfuerzo. Más que de películas yo soy de directores. Caye es más de historias. Y, claro, cuando encuentras a alguien como Fincher que reúne las dos cosas, me vuelvo loco".