Los incicios del 'Stand-up comedy'

'Morir de pie': los años en que reímos peligrosamente

La nueva serie de Showtime explora los inicios del 'stand-up comedy' en la turbulenta ciudad de Los Ángeles de los 70. 'Morir de pie', producida por Jim Carrey, ya está disponible en Movistar+ bajo demanda.

Carlos P. Rovira

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Andreu Buenafuente viste como un 'crooner'. El trío de ‘Ilustres Ignorantes’ gira por España con el halo de un grupo de viejos rockeros. E Ignatius Farray es el nombre artístico de Juan Ignacio Delgado. La comedia es el nuevo rock. De hecho, fue en los ruidosos 70 cuando un grupo de cómicos se juntó en Los Ángeles para parir una nueva manera de vivir y entender el humor: el ‘stand-up comedy’ (el monólogo). Esta semana Movistar+ estrena ‘Morir de pie’ (Showtime), la serie que explora esos años de cambio.

En concreto, la serie, basada en las memorias de William Knoedelseder, sigue a un grupo heterogéneo de cómicos emergentes que tienen su punto en común en torno a Goldie (Melissa Leo, ‘Treme’). Esta veterana productora es propietaria de The Cellar, el club de comedia más emblemático de la ciudad y el punto de partida para alcanzar la fama. Clark Duke (‘The Office’) y Michael Angarano (‘The Knick’) completan el podio de caras conocidas de ‘Morir de pie’, que, ojo, está producida por el reaparecido Jim Carrey.

El actor canadiense, que perteneció a una de esas primeras generaciones de ‘stand-up comedians’, vuelve a mostrarle al mundo las particularidades de la vida de los profesionales de la risa. Ya en 1999 protagonizó ‘Man on the Moon’, una película homenaje a Andy Kaufman, uno de los cómicos más transgresores y controvertidos de la década de los 70 y que lo inspiró profundamente. Ahora, con ‘Morir de pie’, Carrey pretende dar voz “a esas personas desesperadas y absolutamente creativas que decidieron transformar su dolor en algo bonito”.

La comedia como ansiolítico

Alcohol, precariedad, abucheos, envidias, soledad. La vida de los humoristas siempre ha estado relacionada con estos términos. Depresivos. Marginados. Incomprendidos. Tipos enganchados a las carcajadas ajenas como al blíster de ansiolíticos. Almas incompletas. La serie las disecciona durante doce capítulos que basculan entre las luces y las sombras de quienes entregan su vida a hacer reír a los demás. Solo hay que descifrar el título original  -‘I’m dying up here’ (algo así como ‘Esto me está matando’)- para tener una primera idea del drama que representa.

Por si esta inestabilidad emocional no fuera suficiente, las primeras mujeres humoristas tenían que cargar con el peso de un machismo endémico. La serie recupera esos testimonios y los coloca en el centro de la trama (como el interpretado por Ari Graynor, ‘Bad Teacher’). Gracias a esas pioneras, el humor insobornable de Sarah SilvermanAmy SchumerPamela Adlon, y una larga lista de monologuistas, constituye hoy un verdadero fenómeno mundial.

Puros años 70

Otro de los atractivos de la serie es su ambientación setentera. La inmersión en aquella época de experimentación artística y psicotrópica, de tupés imposibles y ropa estrafalaria, sacia ese inagotable deseo que tenemos todos de viajar en el tiempo, al origen de las cosas, y ser testigos del nacimiento de aquellas ideas revolucionarias que hoy nos resultan tan asumidas.

Esperaremos a ver cómo evoluciona esta ‘Vinyl’ de la historia del humor. Todos los lunes, un capítulo nuevo bajo demanda en Movistar+. Para según qué series, es mejor así. Cada semana, a una hora, mi cita con ‘Morir de pie’. Si todas estuvieran disponibles al completo el día de su estreno, la sobreoferta crearía una burbuja. Y ya sabemos lo que pasó con la del sector inmobiliario.