un vecino de sants-montjuïc... Xavi Palomino, actor

Xavi Palomino: "En Sants tenemos lo que les falta a muchos pueblos"

El componente de la compañía The Chanclette Xavi Palomino está en Sants mucho más en contacto con la civilización de lo que lo estuvo hasta los 21 años en su barrio de infancia, Zona Franca. Ahora se siente en su salsa en su micromundo.

El actor Xavi Palomino está en Sants mucho más en contacto con la civilización de lo que lo estuvo hasta en su barrio de toda la infancia, Zona Franca.

El actor Xavi Palomino, en la Rambla de Sants, en la confluencia de las calles de Sants y Jocs Florals.

El actor Xavi Palomino, en la Rambla de Sants, en la confluencia de las calles de Sants y Jocs Florals.

CARME ESCALES

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Xavi Palomino (Barcelona, 1990) vivió en la Zona Franca toda su infancia y adolescencia, y hasta que se independizó, a los 21 años. Llegar al centro de Barcelona era un larguísimo viaje. "Teníamos que andar entre 20 y 30 minutos, hasta la plaza de Espanya, para coger allí el metro o el autobús", rememora el actor que es uno de los componentes de la compañía teatral de humor The Chanclettes. "Hoy el V4 conecta la Zona Franca con el mundo, pero yo, hasta que no apareció el Bicing no respiré", añade.

Y, cuando decidió abandonar el hogar de sus padres, lo tuvo bastante claro. Eligió Sants. "Me gusta porque aquí se respeta la vida de barrio, pero estoy en la civilización, mucho más y mejor conectado al resto de la ciudad -dice-. Ahora en diez minutos en bici estoy en el centro, pero a la vez en Sants estamos en el extrarradio". Un micromundo especial, según describe este vecino: "En la calle de Jocs Florals, por ejemplo, cada dos por tres celebran una paellada, una calçotada, comidas y cenas en la calle que es lo que yo no había vivido", apunta quien también es miembro de la compañía de danza y artes escénicas Moveo.

Un barrio que se mueve

"En Sants tenemos lo que les falta a muchos pueblos, está lleno de vida y de ganas de hacer cosas", expresa el actor. ¿Será que un barrio y sus vecinos se contagian o se atraen por su personalidad? En el caso de este actor, todo puede ser. Su gira con el espectáculo Conseqüències, un montaje artístico de danza y acrobacia de la compañía Moveo que obtuvo el premio Moritz al mejor espectáculo de calle en la Fira de Tàrrega 2017 lo llevará lejos. "Iremos a Corea, Budapest, Bulgaria, Londres...", dice. Suerte que tiene la estación de tren de Sants muy cerca de casa. La usa mucho. El 2 de febrero empezará gira por Catalunya con el Turmix playback D Putu Cool con The Chanclettes. "Empezaremos en el Teatre Principal de Tarragona", precisa el artista.

Además, Palomino da clases de teatro en la escuela Octavio Paz de Barcelona y también en un centro cívico de Vallromanes (Vallès Oriental) y en Vilanova del Vallès. "Tengo alumnos desde 5 hasta 68 años", comenta este peculiar profesor, que por un lado danza y expresa acciones y emociones con el cuerpo como motor, y por otro, hace troncharse a la gente desde el escenario.

Sin ponerse de moda

Entre las 10 y las 12 del mediodía es el tiempo que Xavi Palomino más disfruta de su barrio. "Tomo el café en una terraza al sol, y contemplo la auténtica vida del barrio -dice-. Luego puedo ir al gimnasio, en el Club Mediterrani. Normalmente a la sala de fitness y si me apetece, tomo el sol junto a la piscina descubierta. Y a veces, de noche vuelvo a ir, para disfrutar solamente de su spa", confiesa. "Yo no lo compro todo en Sants, pero aquí hay de todo, y las casas y calles preservan estructuras, suelos hidráulicos o puertas que hablan del pueblo que fue", expone. "Lo que se moderniza, trata de conservar, de no esconder su pasado", dice.

Y aunque las fiestas de Sants ya son tan conocidas como las de Gràcia, -"y con decorados que nada tienen que envidiar a los de allí", puntualiza Palomino-, él ya considera una mesura suficiente las visitas de turistas o vecinos de otras zonas de la ciudad que quedan en Sants para tomar unas cervezas en la plaza de Osca o cenar en alguno de sus restaurantes próximos como El Sibarita de Sants (Antoni de Capmany, 14). "No nos queremos poner de moda. Así ya nos va bien", declara el vecino.