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Mochos arriba

Reivindicativas  8 Un acto de las Kellys en Barcelona, el año pasado.

Reivindicativas 8 Un acto de las Kellys en Barcelona, el año pasado.

JÚLIA ALBACAR / BARCELONA

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La que limpia, la keli. De ser un juego de palabras de más o menos mal gusto, a ponerse una camiseta verde y gritar con un megáfono que también tienen derechos. Las Kellys (Burgos, 59) es la asociación de camareras de piso: "Las que limpiamos, en nuestro caso, hoteles" reza la presentación en su web.

"Las Kellys nació en el 2016, en las redes. Nos pusimos en contacto unas con las otras y finalmente decidimos constituirnos como asociación", cuenta Vania Arana, portavoz de Las Kellys de Barcelona. En su caso, ella llegó a la asociación después de demandar conjuntamente con sus compañeras al hotel en el trabajaban por cesión ilegal, es decir externalización.

El boca a boca, o el tweet a tweet, es el sistema por el que muchas han podido conocer de la asociación. "Tuve que hacer rehabilitación por un problema de salud -comenta Rosemari Justiniano, otra kelly - y una chica que también estaba como yo me comentó que existía este colectivo, por lo que decidí venir",

Cada miércoles por la tarde Las Kellys se reúnen en su local de SantsIsabel Cruz, también miembro de la asociación, destaca las ventajas de su ubicación: "El barrio nos ofrece mucho apoyo. Además estamos entre Can Vies y la PAH y nos ayudamos mutuamente".

En estas reuniones plantean sus siguientes ámbitos de actuación. "Concentraciones, movilización con colectivos vecinales -explica Cruz- incluso en la manifestación del Día del Orgullo salimos a la calle. Queremos ser las de la camiseta verde". También ofrecen charlas, actividades, fiestas... "Todo lo que tengamos que hacer para ser un poco más visibles", añade Cruz.

Contra la externalización

De todas las reivindicaciones para la mejora de sus derechos, la principal ahora se centra en evitar la firma del Convenio de Hostelería de Catalunya. "El convenio permite la externalización, que no es otra cosa que cesión ilegal -asegura Arana- y eso es una vulneración del artículo 43 del Estatuto de los Trabajadores." Sobre el papel de algunos sindicatos, Cruz asegura sentirse abandonada. "Nos han abandonado. Lo único que hacen es complacer a la patronal vendiendo como mejora salarial lo que en realidad es un fraude", afirma.

Esclavitud

Para ellas, externalización no es otra cosa que un sinónimo de esclavitud. "Yo tengo hora de entrada, pero no de salida -cuenta Justiniano- y creo que es muy injusto. Trabajamos muchas horas, casi sin descanso y, al final, te sientes como una esclava". También asegura que es muy común trabajar 10 horas pero con contratos -y sueldos- de media jornada. Y por supuesto, la baja, con cuentagotas.

Estos días es muy frecuente ver las camisetas verdes con el logo de Las Kellys delante de la sede del Gremi d'Hotelers de Barcelona, ubicado en la Via Laietana. La firma del convenio colectivo del sector o, y que ellas ellas denominan la ley Kelly, prevista para el pasado 6 de septiembre, se aplazó hasta el 20 de este mismo mes. Ellas, sin embargo, aseguran que, aunque se firme el convenio, no van callar.