'VISIÓN-ARTE'

Todas las miradas están puestas en Can Sisteré

Una de las fotografias de Sergio Más en Can Sisteré.

Una de las fotografias de Sergio Más en Can Sisteré.

Manuel Arenas

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Ahora mismo están todas las miradas puestas en Can Sisteré: una al lado de otra, con diafragmas de apertura dispar y enfoques para todos los gustos. El caso es que están todas las miradas puestas, las de Santa Coloma, digo, como si de un tendedero con ropa de todos los colores se tratara.

Así, Can Sisteré es hasta el 19 de noviembre una exposición de historias: historias de quienes captan las imágenes, de quienes salen en ellas y de quienes las miran, que en último término las acaban completando. Quien dice historias dice fotografías, pero tan insultante es la sinonimia que no hay ni que decir que Sergio Más es fotógrafo: él es, claro, un contador de historias que se ha propuesto enseñarme sus fotos como si Velázquez me descubriera los recovecos de Las meninas.

Sergio Más es también la semilla de la Associació Colomenca d'Aficionats a la Fotografia (ACAF), la entidad que presenta esta 'Visión-arte', la exposición que opera en Can Sisteré como una muestra colectiva de algo más de 60 fotógrafos.

De la calle a Can Sisteré

Sergio Más cuenta que, a raíz de su trabajo en la página de Facebook 'Santa Coloma de Gramenet-Imágenes', cuando iba a los sitios a hacer fotos algunos fotógrafos de la ciudad iban a saludarle y a preguntarle cómo le iba. "Desde entonces empezamos a quedar y a hacer excursiones juntos para hacer fotos por la ciudad". 

Esas "excursiones", esas quedadas informales fueron el germen de la ACAF, que ha ido creciendo hasta exponer estos días en Can Sisteré. En la asociación caben todos: fotógrafos profesionales o aficionados de todos los niveles y gustos, tanto que la exposición es, como poco, variada: retratos, fotografía realista, paisajística e incluso montajes o fotos conceptuales.

Al acecho del niño que salta

Lo bueno de observar una foto junto a su autor es que uno puede conocer los secretos que esconde y no sólo aquellos que están a la vista, que no son pocos. Cada imagen es un universo en el que, con algo de atención y voluntad, cualquiera es capaz de perderse hasta, si se quiere, no volver a encontrarse jamás.

Una de las fotos de Sergio Más expuestas es la de un niño saltando al lado de una barca algo oxidada, aparentemente abandonada. Ocurre que la línea del agua se disfraza en la foto de cielo, y el crío, al saltar, está a punto de tocarlo con su puño derecho, que lo levanta cual obrero.

Más cuenta que estuvo acechando al crío hasta que saltó para darle de comer a los peces. El fotógrafo lo hizo con la espera de quien quiere atrapar la realidad en un instante: "Alguien me estaba hablando, pero yo sólo podía estar pendiende del niño. Lo miraba de reojo hasta que lo cacé".

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