UNA HISTORIA DE SANT MARTÍ

La Farinera del Clot, una fábrica de cultura

La Farinera, que se fundó en 1902 y produjo harina hasta 1991, ofrece once espectáculos este trimestre

En el centro, el edificio de La Farinera del Clot, que está al lado de la plaza de las Glòries.

En el centro, el edificio de La Farinera del Clot, que está al lado de la plaza de las Glòries.

ANNALISA PALUMBO

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Al límite sur del barrio del Clot, en Gran Via de Les Corts Catalanes, 873, el edificio del centro cultural La Farinera, en el fondo sigue ejerciendo de fábrica, pero de cultura. Sólo este trimestre ofrece 11 espectáculos. Construida en 1908 por el arquitecto Josep Pericàs, produjo harina durante casi un siglo, hasta 1991.

En el edificio se instaló la Casa Harinera de San Jaime SA, propiedad de Andreu Gallarda y fundada el año 1892, y abasteció los alrededores y la ciudad de Barcelona de productos harineros."En aquellos años, en toda la zona se edificaban fábricas, y se podían contar hasta 20 harineras. Solo sobreviven dos», explica Jordi Morell, historiador del Taller d'Història del Clot-Camp de l'Arpa.

Los primeros años fueron muy productivos, pero en la guerra civil (1936-1939), el edificio fue colectivizado y pasó a producir para la Generalitat y el Ministerio de la Guerra de la República. Esto supuso un descenso en la actividad de la fábrica, también debido a la escasez de trigo y a las restricciones energéticas.

La dura posguerra

Los años de la posguerra fueron los más duros. La Farinera pudo seguir adelante con su actividad solamente gracias al abastecimiento de grano desde América. En 1942, los dueños recuperaron la propiedad de la fábrica, que siguió produciendo aunque continuaron trabajando para el Servicio Nacional de Trigo, que dependía del Ministerio de Agricultura, y desde 1969 para el Servicio Nacional de Cereales.

En 1979 la fábrica fue adquirida por Oromas SA, una importante empresa harinera catalana, que conservó su gestión hasta 1991, cuando La Farinera cerró definitivamente."En ese momento, los vecinos empiezan una reivindicación que lleva a la expropiación de la fábrica en 1995 por parte del ayuntamiento y a su rehabilitación para destinarla a usos socioculturales», sigue Morell. Finalmente, gracias al trabajo del arquitecto Carlos Sanfeliu y Josie Abascal, que le valió al edificio el Premi Bonaplata, el centro cultural de La Farinera se inauguró el 8 de mayo de 1999.

La rehabilitación del edificio implicó importantes cambios estructurales. Ahora el ladrillo se funde con el cristal dando una idea de modernidad y funcionalidad. En el edificio se conservan máquinas de producción de harina, y elementos estructurales que recuerdan su pasado. Es el caso de las turbinas hidráulicas que atraviesan el inmueble y que se aprecian mejor en la tercera y última planta, ahora sala de actos y teatro del centro cultural.

Vinculación con el barrio

Esta sala y la de exposiciones, en la planta baja, son el eje de la actividad del centro. Estel Barbé, directora de programación, explica que está muy vinculada al barrio y la ciudad."Trabajamos con ciclos temáticos. Del 22 al 29 de noviembre tendremos el ciclo Muses, donde exposiciones, talleres y espectáculos giran alrededor de Les Teresines, símbolo y referencia de la sitcom catalana».