Sant Jordi se expande

La diada en sábado ha hecho adelantar las compras y al mismo tiempo hace prever un éxito de la fiesta en la calle

Venta de libros en la Casa del Llibre en Passeig de Gràcia, en la víspera de Sant Jordi

Venta de libros en la Casa del Llibre en Passeig de Gràcia, en la víspera de Sant Jordi / periodico

ERNEST ALÓS / BARCELONA

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Sant Jordi se expande. En el tiempo y en el espacio. Quizá porque este año cae en sábado, o por los avisos de lluvia, en los últimos días, y ayer viernes especialmente, las librerías han estado llenas de compradores previsores. Y quizás también porque cae en sábado y se han levantado las alarmas meteorológicas (menos en Girona) la diada se puede llenar igualmente de paseantes y/o compradores festivos.

Con la prudencia de rigor, los nuevos sistemas de medición de ventas del Gremi de Llibreters indican aumentos de dos dígitos en los 10 días previos a Sant Jordi. “Todo el mundo lo atribuye al efecto del sábado. Y todo hace pensar que será un Sant Jordi bueno; también habrá un 4% más de paradas; todo el mundo quiere vender libros”, explica el secretario técnico del Gremi de Llibreters de Catalunya, Marià Marin.

La anticipación de las compras ha incrementado este año la presión para adelantar también el descuento del 10% que según el gremio solo se puede aplicar el día 23, que muchos compradores piden antes y que la mayoría de libreros ofrece. Uno de los amonestados este año por la organización gremial, Josep Cots, de Documenta, ha acatado la instrucción, pero discrepa. “Me parece que es hora de discutir este Sant Jordi de un día; siempre he defendido que dure una semana, aunque las paradas solo se saquen a la calle el dia 23”. Mientras él debía retirar su descuento, por ejemplo, en la feria de Sant Jordi de Badalona, otro caso de adelanto en el calendario y de descentralización geográfica, el descuento se ha aplicado tranquilamente.

TENSA DESCONCENTRACIÓN

La necesidad de seguir haciendo de la experiencia de Sant Jordi algo amigable hace años que aconseja la descentralización. En Barcelona primero se pasó de las Rambles al paseo de Gràcia y de allí a la Rambla de Catalunya, saturada desde hace ya cuatro o cinco años. Desde entonces se sigue una política de esponjamiento sobre la que hay acuerdo teórico pero que en su desorganizada aplicación este año tiene muy irritados a los libreros. De acuerdo con aumentar los metros entre paradas para evitar el colapso, de acuerdo con desplazar puestos a lugares como la Diagonal o las calles que conectan Rambla Catalunya y el paseo de Gràcia, o potenciar el paseo de Sant Joan para el público infantil, pero no a recortar espacio para las librerías y mantener en cambio las paradas de partidos políticos, que inicialmente se había acordado desplazar a la Rambla de Santa Mònica.

Estamos muy enfadados. La organización ha sido nefasta, este viernes aún hay planos de reparto de los espacios que no nos han llegado. Queremos que no haya ninguna librería recortada o desplazada para que haya alguien que no sea librero. Y de las 860 licencias para vender libros que se han dado menos de 300 son del sector del libro”, protesta Marín.

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La comisionada de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Berta Sureda, da la razón a los libreros en sus quejas. “Lo que piden es muy sensato. Todo esto se tiene que revisar el año que viene”, admite. Y celebra “lo que está pasando de forma natural en los barrios, donde crecen las ferias de Sant Jordi en barrios como Poblenou, Gràcia o Sarrià; debemos fomentar -añade- esta cultura más de proximidad”.

NUEVOS FORMATOS

Sureda plantea otro tipo de expansión del Sant Jordi. “Se debe reforzar el papel cultural del día del libro, sacar todo el potencial que tiene de fomentar la lectura, y hacer que momentos puntuales como Sant Jordi, o los festivales literarios, sirvan para apoyar el papel de difusión que hacen durante todo el año las librerías”.    

Así que Sant Jordi se expande en el tiempo y en el espacio pero también en los formatos. El viernes ha habido firmas de 'youtubers' que ya viajan con mánager en centros comerciales, 500 instagramers se citaron para pasear por la ciudad fotografiando rosas y, además de librerías y puestos callejeros, se ensaya con espacios que permitan actividades más allá de la compra, como el que instalará durante todo el día la librería La Calders en el Antic Teatre. 

LOS FAVORITOS

Lo que realmente importa es la fiesta (para todos) y el negocio, entre el 7% y el 8% del total del año (para los que viven del libro, en un punto u otro de la cadena editorial), pero en gran parte de lo que se hablará en la noche del día 23 y en los días siguientes es de qué escritores han sido los ganadores de la jornada. Eso, a pesar de que los libros que aparecen en el podio, entre todos, suman mucho menos del 10% de las ventas.

Este año, por lo menos, el Gremi de Llibreters de Catalunya tiene instrumentos para que esta clasificación sea más realista y no exija rectificaciones sumarias en los días siguientes como en años anteriores. La lista se facilitará en torno a las 20.00 h. y se elaborará a partir de las ventas reales registradas en la red Libridata hasta el día 22 (que recoge la facturación de librerías que representan el 65% del mercado) y los datos adicionales de las librerías que conectarán sus propias cajas a este servicio el día 23. Con todo, habrá una segunda ronda en la que se afinarán los datos con las ventas realizadas en paradas, la mayoría no informatizadas. Esos resultados definitivos se presentarán el jueves 28 de abril.

A priori, a partir de las cifras de ventas de la semana pasada recogidas por los ‘ránkings’ más fiables que se han difundido hasta ahora (Libridata y el elaborado por EL PERIÓDICO), una quincena de nombres se disputan los focos del día 23: Víctor Amela, Francisco Ibáñez, Empar Moliner, Màrius Serra, Julia Navarro, Silvia Day, Juan Marsé, Paula Hawkins, Sergi Pàmies, Auronplay, John Boyne, Risto Mejide, Mario Vargas Llosa, Carles Capdevila y Albert Sánchez Piñol.