SANT ANDREU

Ballbé: "Con la Cursa de Sant Andreu recorro sitios de mi infancia"

El exatleta olímpico se animó a correr para evitar tener que ir a hacer teatro de niño

Andreu Ballbé, que participó en los Juegos de Montreal de 1976, en la calle en la que pasó su infancia y juventud.

Andreu Ballbé, que participó en los Juegos de Montreal de 1976, en la calle en la que pasó su infancia y juventud. / JORDI COTRINA

CARME ESCALES

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El sorprendente palmarés de muchos atletas keniatas encuentra explicación en un hecho común en ellos durante su infancia: iban al colegio corriendo. Y eran a menudo bastantes kilómetros los que habrían fornido sus piernas, día tras día, desde muy pequeños.

Pues bien, en Sant Andreu, los keniatas tienen una réplica catalana. Andreu Ballbé (Barcelona, 1952) tenía 8 años cuando empezó a hacer lo mismo que ellos. Recorría un kilómetro y medio cuatro veces al día, seis en total, corriendo desde su casa, en la calle de las Tres Creus, bajo la actual avenida de Meridiana, hasta Los Padres, el nombre con el que se conoce en Sant Andreu el colegio Jesús, Maria i Josep.

"Bajaba por Tres Creus, giraba en la calle de Renart y luego Coroleu, pasaba por la plaza de las Palmeres, y por Coroleu hasta Neopàtria. Cruzaba Fabra i Puig hasta Sant Sebastià", rememora Ballbé. ¿Para qué despilfarrar el tiempo caminando si podía llegar corriendo? Eso sí, dejó de cuajar muchas conversaciones con vecinos y compañeros de escuela. "Correr siempre ha sido algo muy solitario, como todo deporte individual. Lo experimento también ahora que voy a una escuela de ajedrez", comenta el que fue vecino del barrio de Sant Andreu hasta los 17 años.

Salir corriendo del teatro

Miquel y Maria Carme, los padres de Andreu, eran los dos de Sant Andreu. Vivieron su infancia a unas pocas calles de distancia. "Se conocieron en la escuela de dibujo del barrio -apunta el hijo-. Mi padre fue director de teatro en el Cercle Catòlic, en los Padres y en la Societat La Lira. Y me metió también a hacer teatro. Pero a mí no me gustaba. No aguantaba la tensión. Y aproveché que ya corría, para dejarlo. También lo dejé porque no había manera de quitarme la etiqueta del hijo del Ballbé".

En los años 70, Ballbé había hecho de monaguillo en la iglesia de su escuela. "Llegaban fiestas como las de Semana Santa y te hacía una ilusión brutal, independientemente de que creyeras o no", recuerda. "Pero, en realidad, era un mundo muy aburrido. La sociedad era gris, y para mí, salir a correr era una liberación. O te quedabas en casa, o salías a correr -reconoce-. Aunque los esfuerzos que tuve que hacer para ganar fueron brutales".

40 años con récord

De 1974 al 2004, durante 40 años, Ballbé fue récord en Catalunya de los 800 metros, además de conseguir múltiples medallas en competiciones internacionales, en ciudades como Helsinki, o México DF, y una inolvidable participación en los Juegos Olímpicos de Montreal, en 1976. "Mi madre colgó un mapa del mundo en la pared y clavaba una chincheta en cada lugar al que iba a correr -dice-. Mi carrera deportiva me ha dejado satisfacción personal pero, sobre todo, salud, y una forma de vivir, convencido de que el esfuerzo es la base para conseguir todo".

En diciembre, este atleta volverá a correr por las calles de su antiguo barrio, el distrito en el que nació -pues llegó al mundo en la Clínica Sant Jordi, del barrio-, como participante en la Cursa de Sant Andreu. "Con ella recorro mis lugares de infancia". Es una de las muchas carreras que cada año congregan a corredores amateur y sénior, un mundo que volvió a conectar a Ballbé con las zapatillas.

Ballbé fundó la empresa www.championchip.catque introdujo el chip que llevan los corredores y da su tiempo en meta. También montó www.xipgroc.catque recoge resultados y permite inscribirse a centenares de carreras populares.