SANT ANDREU

Martí Salvat, actor: "Puedes cruzar Sant Andreu sin encontrarte con coches"

El actor Martí Salvat ha vivido muchos años en el barrio de Sant Andreu del que destaca su tranquilidad y critica su escaso ocio nocturno

Martí Salvat, en una de las calles por las que más transitaba, esquivando el bullicio de la calle Gran de Sant Andreu.

Martí Salvat, en una de las calles por las que más transitaba, esquivando el bullicio de la calle Gran de Sant Andreu.

CARME ESCALES / BARCELONA

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"De camino al cole, con mi padre, íbamos cambiando el nombre a las calles por las que pasábamos, según lo que encontrábamos en ellas", recuerda el actor Martí Salvat (Barcelona, 1989). "Caminábamos por la calle de los coches, la de las cacas, la de los naranjos...", rememora. Salvat todavía se acuerda del primer día que hizo ese mismo trayecto él solo. Bueno, él creía que estaba solo. "Mi padre me dijo luego que me había seguido todo el camino", dice el vecino de Sant Andreu.

Salvat tenía 4 años cuando empezó a vivir en Sant Andreu. Ahora vive en Gràcia -desde hace unos cuatro años-, pero ha sido vecino de Sant Andreu durante una veintena de años, y él se siente eminentemente santandreuenc. "Solamente entrar en Sant Andreu me siento en casa. Y algún día me gustaría volver a vivir aquí", afirma.

UN BARRIO PACÍFICO

En aquel primer viaje solo a la escuela, Salvat era muy consciente de que se "enfrentaba solo a la calle". "Pero una de las cosas buenas que tiene el barrio de Sant Andreu es que es tranquilo, podrías cruzarlo entero sin encontrar coches, pasando por las callejuelas", añade el actor, que subirá al escenario del teatro La Seca Espai Brossa del 21 de junio al 15 de julio. Es parte del elenco de actores de Y-X (o la fidelitat dels cignes negres), de Laia Alsina Ferrer.

Hijo de padre payaso y madre bailarina, este vecino de Sant Andreu no tuvo nunca dudas sobre su ambición profesional. Empezó a hacer teatro como actividad extraescolar, durante su etapa de estudios de secundaria, y un día, alguien le dijo que en el teatro La Lira les faltaba alguien para una obra, y se apuntó. "Sant Andreu está lleno de espacios teatrales: Sant Pacià, con un gran escenario, junto a la iglesia, que, por cierto, su suelo es obra de Gaudí; Els Catalanistes; el Casal Catòlic...", repasa. Teatro y el Cau Gregal se llevaban todas sus horas libres en Sant Andreu. "Gran parte de lo que soy hoy se lo debo al Cau Gregal", expresa. "El cau o esplai es una estructura de educación en el ocio en la que se crean vínculos muy vivenciales", dice. "En verano pasábamos 15 días de acampada, compartiendo valores que son los que te convierten en persona".

SIN OCIO NOCTURNO

"Atractivo nocturno en Sant Andreu no había, y eso era una putada. Nos teníamos que ir a Marina o al Paral·lel", puntualiza Salvat, que en la teleserie emitida en TV-3 Ebre, del bressol a la batalla, interpretaba a un soldado.

A este santandreuencmiembro de la compañía teatral El Martell, también lo hemos visto en las obras Fuenteovejuna, Manifesta, Romeu i Julieta Yerma. Fuenteovejuna la estrenaron en el castillo de Montjuïc, el mismo lugar donde mañana, domingo, se volverá a representar para conmemorar los cinco años en los que la obra de la compañía Obskené -en griego: fuera de escena- (www.obskene.org), ha estado de gira en ciudades y pueblos.

Por las calles de Sant Andreu, donde vive su padre y muchas de sus amistades forjadas entre el teatro y el cau, Salvat también pasea todavía, disfrutando de ese auténtico ambiente de barrio. "Desde fuera, para mí esto es un barrio. Estás en un bar y puedes hablar con los de la mesa de al lado, es muy familiar", expone. "Creo que Sant Andreu es un pulmón, a nivel de ritmo de vida, pero también a nivel urbanístico. Barcelona solo puede crecer sobre sí misma, pero barrios como Sant Andreu, con muchas casas bajas aún, frenan ese crecimiento loco. Hasta que las tiren todas al suelo, claro", dice.