Un fenómeno dramático

Muerte súbita: 30.000 casos cada año en España

La posibilidad de sobrevivir cuando se produce en la calle es entre un 5 y un 10 %, mientras que en otros países asciende al 30% por mayor conocimiento de maniobras de reanimación

El desfibrilador disponible en la farmacia de la estación de Sants de Barcelona.

El desfibrilador disponible en la farmacia de la estación de Sants de Barcelona.

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Cada año se producen en España unas 30.000 muertes súbitas, un fallecimiento inesperado y repentino de una persona aparentemente sana cuya principal causa es una arritmia que provoca una parada cardiaca. La posibilidad de sobrevivir cuando se produce en la calle es "baja", entre un 5 y un 10 %.

Sin embargo, en los países nórdicos esa cifra llega al 30%, ha señalado el presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC), doctor Carlos Macaya, quien lo ha achacado a que los españoles "no conocen bien" las maniobras de reanimación cardiopulmonar.

Por ello, la FEC, junto con la Sociedad Española del Corazón (SEC) y Cruz Roja han elaborado el informe 'Muerte súbita y cardioprotección en España', presentado este miércoles en rueda de prensa, que pone el foco en la importancia de mejorar la tasa de supervivencia de muerte súbita y en el que se pide un Plan Interministerial de atención a la parada cardiaca.

El objetivo es fomentar la educación en maniobras de resucitación cardiopulmonar y en el uso de desfibriladores automáticos.

"Si un corazón se para, a los pocos segundos le falta riego al cerebro y el individuo se muere si no recibe una atención en los primeros minutos", ha explicado el doctor Macaya.

Por cada minuto que pasa la probabilidad de supervivencia disminuye en un 10%, es decir, que al cabo de diez minutos las posibilidades son prácticamente nulas.

Los expertos coinciden en que la muerte súbita es un fenómeno socialmente dramático, ya que se trata de un fallecimiento que, a menudo ocurre en gente joven, que 24 horas antes del evento cardiaco se encontraba bien.

Macaya ha explicado que existen "dos picos" importantes: uno en los niños de menos de un año por la inmadurez cardiaca y respiratoria, "y el otro más voluminoso", a partir de los 60 años.

Otras 1.000 muertes repentinas se dan cada año en jóvenes de 15 a 30 años, con un perfil deportista. En la mayoría de estos casos, según el doctor Macaya, el fallecido desconocía que tenía una enfermedad congénita como la miocardiopatía hipertrófica o arritmias primarias.

Enfermedad cardiaca

De hecho, hay un porcentaje de casos en los que la primera manifestación de la enfermedad cardiaca es la muerte súbita, ha precisado.

La escasa formación y la heterogeneidad de normas regulatorias en las distintas comunidades autónomas son dos de los motivos por los que la tasa de mortalidad es tan elevada en España.

Conocer las maniobras de soporte vital básico está al alcance de todos los ciudadanos, ya que pueden aprenderse a través de un sencillo curso de pocas horas de duración.

El informe plantea implantar planes formativos en ciclos educativos y centros de trabajo. En algunos países europeos esta formación está muy extendida: más del 25% de la población es capaz de empezar una reanimación cardiopulmonar, frente al 10% de España.

La directora del departamento de Salud y Socorro de Cruz Roja, Carmen Martín, ha incidido en que "hay que hacer cosas porque estamos muy atrasados y con pocas cosas se pueden salvar muchas vidas".

En primer lugar, ha dicho, hay que promover una legislación que obligue a tener desfibriladores en sitios públicos y privados, fuera del ámbito sanitario.

Desfibriladores

En España, las comunidades han ido adaptando la legislación creando un mapa heterogéneo. Sólo 7 (Andalucía, Asturias, Canarias, Madrid, País Vasco y Comunidad Valenciana) consideran obligatorio la instalación de estos dispositivos en espacios públicos y privados. En el resto, es solo una recomendación.

A la instalación de desfibriladores hay que unir la formación. "Necesitamos que los ciudadanos estén más formados e informados", ha señalado la responsable de Cruz Roja.

Una formación que debería ser reglada en la enseñanza primaria y secundaria, por lo que el Ministerio de Educación debería incluirla en el currículum educativo.

Esta medida formaría parte del Plan Interministerial de atención a la parada cardiaca que plantea el informe, que incluye otras medidas como la obligatoriedad de realizar el curso de soporte vital para obtener o renovar el carné de conducir.