Andalucía declara la guerra a la obesidad
El Gobierno regional aprueba una ley que permitirá sancionar a locales que no fomenten los buenos hábitos alimentarios
Julia Camacho
Periodista
Julia Camacho
La escena es cotidiana: uno entra en un bar o restaurante y un botellín de agua cuesta casi lo mismo que una bebida azucarada. Una situación que condiciona el pedir la bebida más saludable y que Andalucía pretende combatir con una normativa pionera para promocionar un estilo de vida saludable y una alimentación equilibrada. Para empezar, los bares deberán ofrecer agua potable y gratuita a todo aquel que lo pida, como ya ocurre en Francia.
Los bares deberán ofrecer agua potable y gratuita a todo aquel que lo pida, como ya ocurre en Francia
La ley para la promoción de una vida saludable y una alimentación equilibrada, aprobada este martes por el Consejo de Gobierno andaluz y que se someterá ahora a debate en el Parlamento regional, otorga "el máximo rango normativo a la lucha contra la obesidad", según explicó la consejera de Salud, Marina Álvarez. Entiende que los trastornos de conducta alimentaria son "un problema prioritario de salud pública" no solo por las graves consecuencias que tiene en el plano médico, sino también por el elevado gasto sanitario que supone su tratamiento.
El texto ha sido elaborado con representantes de 250 colectivos –desde asociaciones de pacientes y de consumidores a centros educativos y empresarios—, siguiendo la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de implicar a la sociedad en su conjunto a la hora de combatir la mayor epidemia del siglo XXI. En Andalucía, la segunda región con mayor porcentaje de obesos, el problema afecta al 16,6% de la población adulta, siete puntos más en el caso de los menores.
La norma, que prestará especial atención a las zonas con necesidades de transformación social (a menor poder adquisitivo, peor alimentación), busca cambiar malos hábitos, como ya logró en su momento la ley antitabaco. Sin gravar los productos más calóricos pero sí sancionando. Por ejemplo, a los locales de restauración que no ofrezcan agua gratuita o menús de diferentes tamaños de raciones. También a los supermercados y bares que no tengan alimentos frescos en cantidades adaptadas a diferentes tamaños de familia, evitando así que se tire comida o que se coma de más.
Las empresas de más de 50 empleados deberán tener un párking para bicicletas
Asimismo, en los espacios públicos deberá haber fuentes y máquinas de agua refrigerada gratuita junto a las máquinas expendedoras de bebidas. También establece que las empresas de más de 50 empleados deberán tener un párking para bicicletas. La salud también llega a las escuelas, que deberán fijar al menos cinco horas efectivas semanales de deporte.
La práctica actual de menús escolares saludables, basados en productos locales y de temporada, tendrá rango de ley, y se llevarán a cabo iniciativas para la distribución de frutas y verduras. En los institutos, por ejemplo, no se podrán vender bebidas o alimentos que sobrepasen las 200 kilocalorías o que tengan cafeína u otros estimulantes. La ley incluye limitaciones en la publicidad para no incentivar el consumo de de productos hipercalóricos y perjudiciales para la salud.
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