La enfermera Romero asegura a la jueza que no tuvo formación específica sobre el ébola

La primera infectada en Europa declara a raíz de una denuncia de 15 médicos por la falta de seguridad en el hospital Carlos III de Madrid

Teresa Romero saluda a los medios al salir del hospital, el pasado mes de noviembre en Madrid.

Teresa Romero saluda a los medios al salir del hospital, el pasado mes de noviembre en Madrid.

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La auxiliar de enfermería Teresa Romero, que superó el ébola tras contagiarse cuidando a un misionero infectado en el hospital Carlos III de Madrid, ha asegurado hoy a la jueza que no recibió formación específica para tratar pacientes con esta enfermedad.

Romero ha testificado durante casi dos horas en el juzgado en calidad de perjudicada en la investigación de la denuncia de 15 médicos del hospital citado sobre el riesgo que hubo de contagio para los profesionales sanitarios.

CHARLAS INFORMATIVAS

"Cuesta creerlo, pero las cosas fueron así. La formación consistió en el día a día, charlas informativas... pero no hubo una formación específica", ha señalado la auxiliar a los medios a las puertas de los juzgados.

Durante su declaración en el juzgado, Romero ha respondido a las preguntas de su abogado, del fiscal y demás letrados personados en la causa, que está en fase de instrucción.

Tras ello, ha explicado que ella no es quién para decir si hubo delito contra la salud pública, sino que simplemente ha acudido al juzgado a explicar su experiencia y cómo vivió la situación en primera persona.

RECUPERACIÓN

Antes de entrar a declarar, Romero ha mantenido una conversación con periodistas en la que ha confesado que revivir la experiencia que pasó significa "llorar continuamente".

No obstante, ha manifestado que se encuentra "muy bien y muy recuperada" del virus que contrajo en septiembre de 2014, el primer contagio que se produjo en Europa.

La auxiliar se infectó mientras atendía al misionero y religioso español Manuel García Viejo, que había sido repatriado desde Sierra Leona y que murió el 25 de septiembre de ese año. Su abogado, José Luis Garzón, ha subrayado que, dada la "virulencia y mortalidad" del ébola, era imprescindible que se extremara la formación de los profesionales sanitarios para evitar cualquier incidencia.

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