¿Noche de paz o noche de rock?

Hay muchas formas de celebrar la Navidad y todas son igual de válidas. Desde los que entonan El chiquirritín hasta los que prefieren Satisfaction. Para estos últimos, Tenerife esconde su alojamiento ideal.

Una de las piscinas del hotel

Una de las piscinas del hotel

ALBERTO GONZÁLEZ / Barcelona

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Lo de cantar villancicos en familia con los carrillos llenos de polvorones y la zambomba echando humo está bien. Pero cada vez son más los españoles que evitan pasar las fiestas navideñas según los cánones tradicionales. Una buena noticia para las agencias de viajes, que ven como año tras año se incrementa el número de viajeros que se escapan en esas fechas señaladas. Y, para algunos, cuanto más lejos, mejor. De hecho, es una buena oportunidad para desplazarse a latitudes más cálidas, de donde podamos volver no solo relajados sino incluso algo bronceados. A tres horas y cuarto de vuelo, la isla canaria de Tenerife es un buen destino para ello, especialmente por sus temperaturas –que en invierno son extremadamente suaves (primaverales)–, lo que se suma a sus demás atractivos. 

Se trata del Hard Rock Hotel Tenerife, el segundo establecimiento de la marca internacional en colaboración con Palladium Hotel Group. Este hotel cinco estrellas está ubicado frente a una exclusiva línea de playa, flanqueada por sus torres Oasis y Nirvana.

Se caracteriza, en primer lugar, por sus lujosas habitaciones (624), pero también por los excelentes servicios que ofrece a los huéspedes. Para comenzar, las tres piscinas y la laguna artificial de agua dulce, que abarcan toda la propiedad y la zona recreativa. Seguidamente, el gimnasio (Body Rock) o la Rock Shop, donde se pueden adquirir los legendarios artículos Hard Rock. Cuenta también con un centro de convenciones con capacidad para 525 personas, clubs infantiles y juvenil y un precioso 'beach club'.

Mención aparte merece el Rock Spa: 1.700 metros cuadrados con zona exterior (camas de agua, yacusis, hidroterapia, tumbonas térmicas, etcétera) e interior (piscinas de contraste, zona termal con duchas de sensaciones, sauna, baño de vapor y cabina de nieve natural). Entre los tratamientos que se administran en sus cabinas destaca el característico masaje Synchronicity, que se realiza al ritmo de la música.

Practicar yoga en la laguna o asistir a alguno de los conciertos en directo que acoge el escenario exterior son dos de las experiencias que ofrece el Hard Rock Hotel Tenerife, sin olvidar su amplia oferta gastronómica (con seis restaurantes).

CELEBRACIONES

Pero aunque la benévola meteorología nos permita ir con manga corta en pleno diciembre, hay aspectos típicamente navideños a los que los clientes no están dispuestos a renunciar. Por eso, el hotel ha diseñado un amplio programa de actividades a partir del día 16, cuando tendrá lugar el brindis de Navidad, coincidiendo con el encendido del árbol y las luces navideñas y diversas actuaciones.

Entre los actos ideados para Nochebuena habrá un espectáculo infantil o un taller de maquillaje rockero. Y al día siguiente, Navidad, el hotel recibirá la visita de Papá Noel –que entregará regalos para los niños–, habrá una yincana navideña, talleres (fabricación de un disfraz de duende, elaboración de galletas, maquillaje navideño), sesión de cine o torneos (Guitar Hero o Cross Golf). Y al día siguiente (Boxing Day) será la jornada Save The Planet, con actividades como un karaoke para los jóvenes.

NOCHEVIEJA

Para empezar el 2018 como auténticas estrellas del rock, el hotel está preparando una fiesta de Fin de Año inolvidable, destinada a convertirse en todo un referente en el archipiélago. Estará ambientada en Studio 54 y comenzará con una copa de bienvenida, que dará paso a la gran cena de gala, un fascinante gastroshow que incluye platos gurmet y las mejores marcas de bebidas.

El menú para los adultos (los niños tienen el suyo propio) comenzará con bombones de fuagrás, oro, plata, cobre y pimienta de Sichuán, para dar paso a un plato con carabinero, cigala, pulpo y bogavante. Luego llegarán las setas de temporada en diferentes texturas y el cherne asado sobre tartar templado de langostinos, tomates deshidratados, suave caldo rojo y aire de jengibre. Un sorbete de limón, menta y vodka negro servirá como digestivo para poder acometer la parte final del banquete: solomillo de añojo sobre puré de apio y nabo; y un semifrío de turrón, gel de pistacho, lima y flores.

Y tras el cotillón y las uvas, comenzará la gran fiesta, con música, actuaciones en vivo, barra libre y actividades para los niños y los jóvenes (en zonas diferenciadas).