Judicial

Elgio: "No pediré perdón por hacer uso de mi libertad de expresión"

El músico de Sabadell está acusado de enaltecimiento del terrorismo y se enfrenta a dos años y un día de condena por escribir canciones

El sabadellense Alex Nicoalev, conocido por su nombre artístico Elgio.

El sabadellense Alex Nicoalev, conocido por su nombre artístico Elgio. / periodico

ACN / SABADELL

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El sabadellense Alex Nicoalev tiene 22 años, está a punto de acabar su carrera de Ingeniería Mecánica en la UPC de Terrassa y se enfrenta a una pena de dos años y un día de cárcel y una multa de 4.800 euros por haber escrito y difundido canciones a través de Internet cuando era miembro del colectivo de músicos La Insurgencia.

El joven, conocido con el nombre artístico de Elgio, asegura que no se arrepiente de haber “utilizado la música para denunciar las injusticias que se cometen” y advierte que será consecuente hasta el final, aunque eso suponga su ingreso en la cárcel. “No pediré perdón ni haré pactos”, afirma Nicoalev, que asegura que el que está viviendo todavía le da más fuerza para seguir dando voz a todas las personas que “han sufrido o sufren represalias” en un mundo y un Estado “sin libertad de expresión”.

Alex Nicoalev llegó a Sabadell cuando tenía seis años procedente de Moldavia. Aunque asegura que su inquietud por la escritura le acompaña desde que era muy pequeño, explica que no fue hasta la adolescencia que decidió hacer canciones y dar a conocer sus pensamientos a través de Internet. “Cree el canal de Youtube Elgio y poco después me contactó la gente de La Insurgencia y me sumé a su proyecto hace tres años”, relata.

A pesar de encontrarse en la situación actual, el joven afirma que no se arrepiente de haber entrado a formar parte de este colectivo. “Ha sido una experiencia enriquecedora que me ha permitido aprender muchas cosas, tanto a nivel musical como político”, comenta Nicolaev, qe explica que en estos momentos se ha desvinculado del proyecto y vuelve a difundir sus mensajes en solitario. “El proceso judicial no ha sido la causa, pero si es cierto que los conflictos internos se agudizan en momentos de crisis”, comenta..

Aunque asegura que sabía que dando voz a casos “de personas represaliadas que se habían querido silenciar” corría un cierto riesgo, afirma que todo el proceso judicial le ha afectado mucho emocional y judicialmente. “Está siendo duro porque existe la posibilidad que acabe en la cárcel por escribir canciones”, lamenta el joven, que explica que está a las puertas de acabar la carrera de Ingeniería Mecánica y que sería un golpe muy fuerte.

Aún así, advierte que seguirá adelante para hacer sentir su voz y defender sus ideales. “Todo esto que ha pasado me da fuerzas para seguir denunciando estas injusticias y me da más rabia para combatir a todos los que van en contra de nosotros por hacer canciones”, comenta Nicolaev, que advierte que será consecuente y que “no pediré perdón ni haré pactos, seguiré con la línea de defender la liberta de expresión, aunque esto suponga acabar en la cárcel”.

UN PROCESO JUDICIAL ABIERTO

El sabadellense explica que todo el proceso arrancó en noviembre de 2016 cuando un día, al salir de la UPC de Terrassa lo esperaban dos policías en la puerta. “Me entregaron una citación judicial para que fuera a declarar a Madrid delante de la Audiencia Nacional”, explica Nicolaev, que reconoce que en un primer momento no sabía porque lo hacían comparecer delante del juez. “Poco después supe que otros miembros de La Insurgencia también habían recibido la citación y fuimos a Madrid y nos negamos a declarar”.

Nicolaev lamenta la situación, sobre todo porque asegura que las acusaciones surgen de fragmentos de letras de canciones sacadas de contexto como una en la que habla de los Grapo. “Consideran que cuando hablo de algún miembro de esta organización estoy incitando la gente a que ponga bombas y no es así”, remarca, asegurando que “hay personas comunistas que simplemente por ser miembros de ciertos colectivos acaban en la cárcel”, lamenta.

Finalmente, el pasado mes de febrero recibió la petición de la Fiscalía de dos años y medio de cárcel, una multa de 4.800 euros y nueve años de inhabilitación por un delito de enaltecimiento del terrorismo. “No sabemos cómo acabará, pero te pones en lo peor, sobre todo viendo lo que pasó con los titiriteros de Madrid o el caso de Pablo Hasel”, comenta el joven, que asegura que pase lo que pase seguirá luchando por poderse “expresar de forma libre en un estado democrático”.

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