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Valls: "Colau y Maragall son dos caras de la misma moneda"

Manuel Valls asiste a Primera Plan@: "Colau y Maragall son la misma cosa".

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Júlia Regué

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El alcaldable de Barcelona pel Canvi – Cs, Manuel Valls, ya no hace distinciones entre Ada Colau y Ernest Maragall, consciente de que todos los sondeos auguran un ajustado duelo en la capital catalana. "Para mí, Maragall y Colau son lo mismo, son dos caras de la misma moneda. Este es el gran peligro", proclamó ayer, preguntado en el Foro Primera Plan@ organizado por EL PERIÓDICO sobre el sentido de su voto en caso de que sea decisivo para desencallar el nuevo gobierno municipal. 

El exprimer ministro francés no está dispuesto a dar el brazo a torcer y dejó claro que no ungirá a ningún candidato que no sea constitucionalista. "En Barcelona el problema no es Vox, sino el nacionalismo, los que quieren romper este país y acabar con lo que es esta ciudad", espetó, en el inicio de un reparto de duras críticas al candidato de ERC por "intentar esconder sus intenciones que no son otras que hacer de Barcelona la palanca para lograr la independencia de Catalunya". 

"¿ERC es moderación?, ¿El señor Junqueras, el señor Rufián?, ¿Se puede pactar con ellos?", se preguntó, y les exigió que clarifiquen si pondrán a la ciudad "al servicio de una república imaginaria". 

No se olvidó de Colau en el otro frente. Le afeó su carta a las instituciones europeas "para criticar a la justicia española" y cargó contra su gestión al frente del consistorio, un balance del que sirvió para reprocharle que opte a la reelección: "Los alquileres han subido un 40%. Ha sido el fracaso de la señora Colau y de los comuns. Un fracaso imposible de esconder, rotundo, espectacular. A lo mejor en otro país o momento alguien que hizo eso con su propuesta estrella no se volvería a presentar", hurgó. Sobrepuso entonces sus propuestas en materia de vivienda y pidió confianza en las urnas para crear 10.000 pisos, el 75% de ellos en régimen de alquiler asequible, en dos mandatos, siempre de la mano del sector privado y poniendo límites al laberinto burocrático del Ayuntamiento.

El candidato destacó que el próximo 26 de mayo no se celebran unas elecciones "de un pueblecito" ni se debate "la tradición entre izquierda y derecha", sino que lo que está en juego es "el futuro de Barcelona, Catalunya, España y Europa". "Son unas elecciones cruciales para que  la ciudad puede tener la oportunidad de recuperar su posicionamiento como capital del sud de Europa y evitar la desgracia de que caer en manos del independentismo", comentó, y alertó de que si prospera un gobierno liderado por Barcelona en Comú o los republicanos "hundirían más aún a Barcelona en la mediocridad".

Valls sacó pecho de su experiencia y rebajó los ataques de sus adversarios: "Yo represento el único cambio posible. Los otros no suponen ninguna novedad porque todos ellos han tenido de un modo u otro alguna responsabilidad", apuntó, repasando currículums. 

Impulso a la AMB

Valls situó como pieza fundamental para sacar adelante sus políticas ampliar el foco, es decir, mirar más allá de las limitaciones territoriales de Barcelona y adentrarse en una reforma exhaustiva desde el Área Metropolitana (AMB). Situó la ciudad como "capital metropolitana" para ahondar en un modelo de ciudad-Estado que batalle por competir a nivel global y recomendó ceder "competencias exclusivas" a este órgano en materia de transporte y vivienda. En este sentido, abogó por la supresión de la Diputación de Barcelona, una institución que tachó de "inútil" siempre que la AMB logre ser potente.

El candidato no se saltó el guion en cuanto a su voluntad de abundar las filas de la Guardia Urbana e incrementar las medidas de seguridad para poner fin al 'top manta', los narcopisos y la prostitución. Preguntado por esta última cuestión reconoció que es un "problema muy complicado" y dijo que la prioridad es acabar con las mafias y que los clientes sean sancionados. 

En cuando a los 'menas', sentenció que son tratados como "una patata caliente" de administración a administración sin que nadie asuma responsabilidades y apostó por el mantenimiento de centros de acogida y por idear políticas sociales, aunque no detalló ninguna medida. 

El alcaldable también se comprometió a acabar con la delincuencia y aseguró que aquellos que cometan delitos deberán ser llevados ante la Justicia y que, "en el caso de que estén en situación irregular", "serán devueltos a su país" siempre que sean mayores de edad. 

"Hay una gran diferencia entre el que huye de la guerra o es perseguido por su ideología u orientación y la inmigración económica. ¿España necesita inmigración? Sí, supongo, pero en cuanto a la ilegal habrá algunos que no se podrán quedar", resolvió, poniendo por delante los tratados internacionales. "Existen dos ideas irresponsables: poner muros por todas partes y acoger a todo el mundo", remató. 

"Provocación" de los presos

El día en que los presos independentistas protagonizaron la constitución del Congreso de los Diputados y el Senado, Valls subrayó que la Mesa "tiene la responsabilidad de decir que aquí estamos al límite de lo que puede aceptar una democracia antes de una sentencia". "Los derechos de cada uno son respetados. Han podido ser candidatos y han sido candidatos a propósito, para provocar esta tensión. Lo podemos ver como una imagen de libertad aunque no se si en otros países, en grandes democracias, esto sería posible", sostuvo. Con todo, se mostró esperanzado de que los constitucionalistas se conjurarán para "mirar más allá de las alianzas para formar Gobierno".