Disturbios en Catalunya

¿Quiénes hay detrás de los disturbios por Pablo Hasél? Así es el perfil de los detenidos

El encarcelamiento del rapero ha prendido la mecha del malestar por el paro juvenil o el encierro por la pandemia

Los Mossos d'Esquadra avisan de que la agresividad contra los agentes va en aumento: "Van a la caza del policía"

Tercera noche de disturbios violentos por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél

Guillem Sànchez

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Los manifestantes arrestados por los Mossos d’Esquadra –70 entre las dos primeras noches y uno ya en prisión provisional– en las protestas por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél conforman una "amalgama diversa”, según fuentes policiales consultadas por EL PERIÓDICO. Tienen entre 18 y 25 años la mayoría de ellos y no pertenecen a ningún colectivo político ni resultan fácilmente clasificables dentro de una ideología concreta. Entre los detenidos en la noche del miércoles en Barcelona había seis que tenían menos de 20 años, tres de ellos, menores de edad. Los analistas de la Comissaria General d’Informació estudian el conflicto y, a pesar de que todavía es pronto para sacar conclusiones, apuntan a diversos factores sociales como detonantes del estallido de violencia: el agotamiento de las medidas sanitarias, la crisis económica provocada por la pandemia, el ascenso de una formación como Vox o el elevadísimo paro juvenil han motivado una sensación de enfado entre capas de los más jóvenes que habría prendido con cualquier otra mecha. Y ha acabado ardiendo con "la excusa de Hasél".

Ayuda a sostener esta hipótesis, aún precipitada, comportamientos como los de la noche del miércoles. Un grupo de entre 100 y 200 jóvenes llevaron a cabo en la plaza de Urquinaona algunos preparativos –barricadas con contenedores– antes de los disturbios. Y cuando estos comenzaron, “se sumaron a los altercados grupos que hasta entonces habían seguido la manifestación desde lejos”. “Este segundo perfil es más oportunista y se une sin tener en cuenta sus motivaciones”.

Existe, además, un tercer grupo que directamente lo encarnan jóvenes con antecedentes policiales por hurtos y robos que aprovechan el caos que acompaña a los enfrentamientos para destrozar escaparates y saquear establecimientos comerciales. “Las sedes de sucursales bancarias podían ser un objetivo habitual pero no lo eran un concesionario de coches, o motocicletas de ciudadanos normales y corrientes aparcadas en la calle”, subrayan desde los Mossos.

Espiral de violencia

Para la policía catalana los altercados de los últimos años siguen una escalada de violencia por parte de los autores que se enfrentan a los agentes. “Lo de la comisaría de Vic fue un paso más”, remarcan. El martes por la noche la dependencia policial, en cuyo interior se encontraban 14 agentes de Seguridad Ciudadana y de Investigación, fue atacada por un grupo de manifestantes concentrados por la prisión del rapero en la capital de Osona.

También había en el interior del inmueble algunos ciudadanos que estaban presentando una denuncia en ese instante o una abogada del turno de oficio. "Todos temieron por su integridad”. Un episodio de estas características no se había dado hasta la fecha e incluso ha obligado al cuerpo de seguridad a revisar el modelo de Àrea Bàsica Policial (ABP) que se habían construido siguiendo el criterio de proximidad con los vecindarios pero que, tras el incidente, deberá valorar cómo se protegen las comisarías ante posibles nuevos ataques.

“Contamos con imágenes de vídeo captadas por vecinos que ponen los pelos de punta y que muestran que fueron a la caza del policía, contra agentes que no contaban con protecciones de orden público. Hay un incremento de la agresividad que no solo se vuelca contra los Mossos, sino que alcanza a funcionarios de las policías locales que no pueden ser enmarcados en ningún relato de represión porque se dedican a cortar el tráfico durante una manifestación, como sucedió en Lleida. Hechos además en los que algunos participantes muestran una actitud que ha banalizado la violencia y que actúan de forma inconsciente”, razonan.

Sin organización

Los disturbios que se llevaron a cabo en la plaza de Urquinaona en octubre de 2018 en la protesta por la sentencia contra los líderes del ‘procés’ fueron multitudinarias y revistieron “un grado de organización” que ahora no se aprecia. “La mayoría va a salto de mata”, explican.

Los Mossos cuentan con una unidad de instrucción de atestados específica para los casos de desórdenes públicos. Al menos uno de los setenta arrestados en los dos últimos días de protestas ha entrado en prisión preventivamente.

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