Sánchez llamará a Torra antes de la investidura

Sánchez irá a una nueva investidura pendiente de ERC y tras hablar con Torra

Sánchez irá a una nueva investidura pendiente de ERC y tras hablar con Torra. / periodico

Iolanda Mármol / Juan Ruiz Sierra

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Pedro Sánchez se prepara para su tercera sesión de investidura, todavía sin fecha, todavía sin los apoyos atados, pero enfundado en un optimismo del que no da detalles en pos de proteger una negociación con ERC que se prolonga más de lo que pretendía cuando firmó su acuerdo de coalición con Pablo Iglesias. En un momento crucial de las conversaciones con los republicanos y tras ser designado candidato por el Rey, el líder socialista anunció este miércoles que conversará con Quim Torra. Enmarca ese contacto en una ronda de llamadas que hará a todos los mandatarios autonómicos, pero el mero gesto en un contexto tan delicado es un símbolo, puesto que Sánchez no ha contestado a los múltiples intentos que ha hecho el 'president' por hablar con él desde que la sentencia del 'procés', el pasado 14 de octubre.

Si esa conversación contribuye a relajar la presión de JxCat sobre los de Oriol Junqueras y allana el camino hacia la investidura, está por ver. Sobre el fondo de las negociaciones no dio detalle alguno. 

Es la tercera vez que el Rey designa a Sánchez candidato y, a diferencia de las anteriores, el líder socialista no se someterá a la votación en el Congreso hasta que no tenga garantizados todos los respaldos. 

El líder socialista dijo que aceptaba el encargo con "honor, responsabilidad y una enorme gratitud", pero sin concreciones sobre por dónde avanzan las conversaciones con los republicanos, ni tampoco sobre el calendario. Nadie en la Moncloa quiere revivir la agonía de haber fijado una fecha de antemano ni la frustración de un nuevo fracaso. Si Sánchez es reelegido, pondrá fin a nueve meses de un Ejecutivo en funciones, formalizará la primera coalición estatal de la historia y tendrá que gobernar en la arena política de un país que parece otro, con la ultraderecha en la cresta de la ola y el independentismo en su encrucijada. 

Tras hora y media de audiencia con Felipe VI, la última de una ronda de contactos con 18 partidos en la que quedó constatada la ausencia de alternativas a la formación de gobierno, Sánchez compareció en la Moncloa. Anunció que convocará el próximo lunes al presidente del PP, Pablo Casado, y a la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, en el Congreso. El socialista es plenamente consciente de que la imposibilidad de un gobierno con ellos, pero las citas le sirven tanto para tejer complicidades mínimas para poder abordar a lo largo de la legislatura asuntos que requerirán de esos apoyos y, a la vez, le permite constatar, de nuevo, que no puede darse el "gobierno constitucionalista" que pide Arrimadas.

Con Vox y Bildu

Sánchez fue claro. Se mantiene firme en la intención de armar un ejecutivo de coalición con Unidas Podemos anclado en los valores "progresistas". Sánchez también explicó que ha encomendado a su portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, que mantenga reuniones con los representantes de todos los partidos en el Congreso, lo que incluye a Vox y Bildu, las dos formaciones que hasta ahora el PSOE mantenía fuera de sus contactos.

Finalmente, la clave. "A partir de la próxima semana llamaré a todos los presidentes autonómicos (…) para compartir con todos el deseo, que creo que es el de la mayoría de ciudadanos, de poder contar con un Gobierno que ponga sobre la mesa propuestas y soluciones", anunció. Entre las líneas, sin ser mencionado, está Torra y la incógnita de cuánto puede remar esa llamada en favor de la investidura. 

Que el pacto con los independentistas no está listo lo dejó claro Sánchez. Conscientes de que ERC se tomó a mal cuando, la semana pasada, dio por hecho el entendimiento, esta vez se expresó con los corsés de la prudencia. "Hay muchas fuerzas políticas, entre ellas ERC, que están dispuestos a facilitar, si se llega en acuerdo, quiero además hablarlo en condicional", matizó, y agradeció "la actitud" de los republicanos. "Estamos avanzando pero [las negociaciones] tienen que ser discretas si queremos que culminen con éxito". Desde la cautela, también Iglesias pidió "respetar los tiempos", informa Miguel Ángel Rodríguez.