EL EXPRESIDENTE CATALÁN, DE NUEVO ANTE EL JUEZ

Artur Mas da validez al referéndum pero no a la declaración de independencia

Ángeles Vázquez

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El expresidente de la Generalitat Artur Mas ha coincidido con varios de los imputados en la causa por rebelión, sedición y malversación que le han precedido a la hora de declarar ante el juez del Tribunal Supremo (TS) Pablo Llarena y ha afirmado que "la declaración" unilateral de independencia de Catalunya "fue puramente simbólica" y sin efectos, pero se ha distanciado de ellos al añadir que el 1-O "hubo un referéndum", del que dijo que no era partidario.

Según fuentes jurídicas, explicó que en las reuniones "políticas" a las que le citó el expresidente Carles Puigdemont explicó que "en términos jurídicos y políticos" el control del escenario que se abría con los pasos que se daban en el 'procés' correspondería al Gobierno central, mientras que con elecciones siempre estaría en manos del Govern. Por eso, él fue partidario de su convocatoria en el amago que se vivió la víspera de que aprobara la declaración unilateral de independencia. Añadió que, en su opinión, el propio Puigdemont también lo era en su fuero interno, pero tendría que ser él quien explicara las razones de por qué no lo hizo.

El 'expresident' ha quedado en libertad sin medidas cautelares, con la obligación de presentarse siempre que sea llamado, pese a que Vox solicitó para él la misma medida que se impuso este lunes a la secretaria general de ERCMarta Rovira: libertad bajo fianza de 60.000 euros y comparecencias quincenales. Para la expresidenta de la Associació de Municipis per la Independència (AMI) y actual alcaldesa de Vilanova i la GeltrúNeus Lloveras, nadie pidió garantía alguna. 

La experiencia del 9-N

Al término de su declaración, el propio Mas explicó a los medios de comunicación que había negado que existiera un comité estratégico, aunque admitió haber asistido "a una serie de reuniones" con distintas personas y distintos órdenes del día, conforme refleja la agenda intervenida de Josep Maria Jové, hombre de confianza en la Conselleria d'Economia del exvicepresidente Oriol Junqueras. El 'expresident' aseguró que él asistía como "asesor" por "su experiencia" y que en ellas "se hablaba de política". "Mal iríamos si los políticos no se vieran para definir estrategias", enfatizó. Como muestra de su trayectoria mencionó las conversaciones a tres bandas que se produjeron cara al 9-N del 2014, con interlocutores designados por Mariano Rajoy, Alfredo Pérez Rubalcaba y él mismo, como presidente de la Generalitat, y que desveló este diario, frente a lo ocurrido el 1-O. 

Las fuentes consultadas señalaron que Mas añadió que en esos encuentros, convocados por Puigdemont para ser asesorado, planteó a sus interlocutores que el peor escenario que planteaba que se pudiera estar cometiendo era el de "desobediencia" al Tribunal Constitucional, delito mínimo comparado con los de sedición, rebelión y malversación que se le imputan, y que justifica con que el Gobierno de Mariano Rajoy también desobedece sentencias del alto tribunal.

Por su parte, Lloveras declaró ante el juez que ni la AMI ni ningún municipio llegó a facilitar locales para la celebración del 1-O, porque todo lo necesario para su celebración lo proporcionó el Govern.

Aplausos al "tonto útil"

El 'expresident, ya condenado a inhabilitación por el 9-N e investigado por el Tribunal de Cuentas por lo gastado en la consulta del 2014, abandonó el Supremo entre aplausos y gritos. Estos los protagonizaba una persona de avanzada edad que, sin portar ninguna bandera, le llamó "tonto útil de los golpistas", lo que supuso que el grupo de miembros del PDECat y de ERC que se habían concentrado en el Supremo respondiera con un "'visca Catalunya lliure'", seguido de un "no estás solo". 

La investigación sitúa a Mas entre los integrantes del comité estratégico que dirigió las acciones contempladas en la hoja de ruta del 'procés', que contiene el documento 'Enfocats', y le ubica en reuniones clave para la preparación del referéndum unilateral del 1-O. Según esos apuntes, sin embargo, en el verano del 2016, Mas se opuso a impulsar el referéndum unilateral, convencido de que "el Estado sabía cómo cargárselo", y criticó que la CUP hubiera forzado el cambio de los planes iniciales y exigiera llevar a cabo las votaciones, que finalmente se fijaron para el 1 de octubre.

Incluso llegó a advertir de forma indirecta sobre la posible aplicación del artículo 155 de la Constitución, según el último informe que la Guardia Civil ha remitido al juez Llarena, en el que deja constancia de las "enormes disensiones" internas que se produjeron en Junts pel Sí en los preparativos del referéndum.