POLÍTICA EN MUDANZAS

Adiós Nicaragua, hola Pallars

El PSC se traslada al Poblenou un año y medio después de vender la que ha sido su sede durante casi 40 años

ANA MARIA SENDRA

ANA MARIA SENDRA / periodico

Roger Pascual

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Nunca es fácil cambiar de casa; dejar un hogar lleno de recuerdos para buscar uno nuevo. Pero las circunstancias de la vida muchas veces empujan a las mudanzas. El mercado inmobiliario se ha reactivado y vuelve a ser un buen momento para vender y buscar un sitio más modesto. Siguiendo los pasos de Convergència, las estrecheces económica llevaron al PSC a vender hace un año y medio su histórica sede de la calle Nicaragua. La operación, que se cerró por una cifra cercana a los 10 millones de euros, sirvió para recortar parte de sus 12 millones de deuda. El nuevo propietario, una empresa vinculada al sector inmobiliario, dio al PSC un plazo de ocho meses para encontrar la nueva casa del socialismo. Las obras preceptivas y un endiablado año político han ido postergando el traslado definitivo, que se ha realizado este fin de semana para poder empezar el lunes una nueva etapa en la calle Pallars 191.

De Les Corts al Poblenou. De una calle con nombre de país extranjero a otra con nombre de comarca catalana. De una antigua fábrica de lámparas a una antigua fábrica de componentes electrónicos. Los socialistas lo ven como un signo de los tiempos. El local, dentro de la 'superilla' del 22@, ocupa un tercio de la antigua sede de Sants (que tenía 4.700 metros con planta baja y cuatro más, además de un párking de 400 metros). El PSC se empadronó en ese edificio de Les Corts en 1980, dos años después de la fundación del partido, y en esas casi cuatro décadas los muros de Nicaragua han sido testigos de muchas reuniones claves en la historia de Catalunya y España. Especialmente en la célebre cuarta planta, en la que se concentraba el poder, mientras que en la terraza, de más de 200 metros, había árboles fruteros que durante muchos años cuidaba personalmente Josep Maria Sala, exsecretario de organización.

"Echaré de menos esta sede. Es imposible no sentir nostalgia", reconoce Miquel Iceta, antes de evocar algunos de los momentos que ha vivido esa sede. "La bomba del GRAPO, aquella primera candidatura a las elecciones al Parlament cuando aún no teníamos ni el local montado, las condolencias tras el asesinato de Ernest Lluch, o noches electorales de infarto, como la de la victoria del 1999 que no nos dio la presidencia de la Generalitat, o la del 2003, que sacando peores resultados, sí que nos llevó finalmente al Govern". De todos estos recuerdos destaca uno de los últimos, la emoción que sintió al ver toda la gente que pasó para dar el pésame y escribir en el libro de firmas de Carme Chacón tras el fallecimiento de la exministra. 

El primer secretario del PSC razona que la situación económica les ha llevado a tomar esta decisión y a buscar una nuevo hogar más adaptado a las necesidades de la formación. Pero, con su proverbial optimismo, se muestra esperanzado con esta nueva etapa, que cree que es una gran oportunidad para mirar hacia adelante sin dejar de olvidar el pasado, como demuestra el hecho de que hayan querido bautizar la nueva sede como Casal Socialista Joan Reventós. "La otra nunca tuvimos oportunidad de bautizarla y ahora hemos querido dedicársela a uno de los fundadores del partido, por no decir El Fundador".