EL NUEVO ESCENARIO

Puigdemont ignora las peticiones de realismo de PDECat y ERC

Carles Puigdemont, en su intervención, desde Bruselas, en el Consell Nacional del PdeCAT.

Carles Puigdemont, en su intervención, desde Bruselas, en el Consell Nacional del PdeCAT. / periodico

Jose Rico

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A tan solo cuatro días para la sesión constitutiva del Parlament, los tambores de guerra en el comienzo de la legislatura no cesan. El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha escuchado este sábado cómo su partido, el PDECat, y su socio de gobierno, ERC, han hecho sendos llamamientos al pragmatismo para que afronte con "realismo" la complejidad de una investidura a distancia. Pero los velados recados de Artur MasMarta Rovira y Oriol Junqueras, desde la cárcel, que se suman a la contrición generalizada que varios líderes independentistas han hecho esta semana bajo presión judicial, no han inmutado a un Puigdemont que insiste en que todo lo que no sea reelegirle a él será un "fraude democrático".

En videoconferencia desde Bélgica y ante el consejo nacional del PDECat, el exjefe del Govern, huido de la justicia, ha advertido de que "en ningún caso se puede subvertir" el mandato democrático de "restituir el Govern legítimo" que él encabeza con "debates reglamentarios" y sobre "procedimientos parlamentarios".

Las incógnitas se mantienen

"Los diputados tenemos derechos que se deben respetar, pero sobre todo quien tiene derechos son los ciudadanos. A nosotros nos toca proteger y reivindicar por encima de todo los derechos de los ciudadanos. Que el árbol no nos tape el bosque", ha recetado Puigdemont en plena marejada entre Junts per Catalunya, el PDECat y Esquerra por la resolución de la investidura, y concretamente de cómo mantendrán la mayoría independentista teniendo en cuenta la ausencia de ocho de sus diputados (tres en prisión preventiva -que podrán delegar sus votos- y cinco en Bruselas.

De la intervención del 'expresident' no se desprende novedad alguna: JxCat deja en manos de la nueva Mesa del Parlament la fórmula, telemática o por delegación, para que Puigdemont pueda someterse a un debate de investidura como muy tarde el 31 de enero. Sin embargo, ERC prefiere que la última palabra la tengan los letrados de la Cámara, que en reuniones informales han coincidido en la inviabilidad de una investidura no presencial. Además, el Gobierno central ya ha advertido de que impugnará los planes de Puigdemont ante el Tribunal Constitucional, y que cualquier elección "ilegal" supondrá la prórroga del artículo 155.

Doble recado

Ante estas eventualidades, el dimisionario presidente del PDECat, Artur Mas, y la número dos de ERC, Marta Rovira, han incluido en sus respectivas intervenciones ante las bases de sus partidos lo que pueden interpretarse como sendos recados al expresidente de la Generalitat, con la palabra "realismo" como denominador común. El tridente de presión a Puigdemont lo ha remachado Junqueras en un artículo desde la prisión de Estremera al diario 'Ara'.

"Hemos de ser muy conscientes, tener los pies en el suelo y enfrentarnos a las dificultades con un ejercicio de realismo imprescindible [...] O nos hacemos fuertes, buscamos alianzas más transversales y ensanchamos el perímetro, o nos podemos encontrar con una política de bloques que el Estado tiene mucho interés en perpetuar y potenciar", ha advertido el exvicepresidente del Govern, repitiendo las palabras que horas antes lanzaba su número dos ante el consejo nacional de ERC. El objetivo son claramente los 'comuns', de los que puede depender la composición de la Mesa del Parlament y la investidura si los 'autoexiliados' no renuncian a sus escaños.

En su último discurso como dirigente posconvergente, Mas ha deplorado, sin citar en ningún momento a Puigdemont, a aquellos "líderes" que actúan con un "exceso de ideología". "Líderes que no saben leer la realidad y que la acaban confundiendo con su ideología", ha reprochado retóricamente. A respuesta a ello ha sonado la aseveración posterior del 'expresident' de que los diputados de Junts per Catalunya no sufren "ningún trastorno ideológico".

Partido unido

En lo que sí han sintonizado Puigdemont y Mas ha sido en la necesidad de que el PDECat cierre filas a favor de sumar fuerzas con el exitoso espacio electoral de JxCat, y así ensanchar su caladero de votos. A este llamamiento se ha sumado la líder del PDECat, Marta Pascal, pero también ha advertido de que su formación no aceptará "la negación de su patrimonio", es decir, de la herencia de CDC.