NUEVA PETICIÓN

Sànchez afirma que si no queda libre deberá renunciar al escaño

Jordi Sánchez

Jordi Sánchez / periodico

Ángeles Vázquez

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El expresidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y diputado electo por Junts per Catalunya, Jordi Sànchez, y el 'exconseller' de Interior Joaquim Forn han presentado este viernes sendos escritos con los que quieren que el Tribunal Supremo revise de nuevo su encarcelación. Entre los argumentos que esgrime el primero figuran los que ayer planteó de viva voz ante el magistrado Pablo Llarena, como que "nunca ha defendido la unilateralidad" y "siempre la vía pacífica y democrática". De ahí que se sumara "a un proyecto político en este sentido". Por su parte, Forn se remite a sus 18 años en el ayuntamiento de Barcelona, en los que dice destacó "por su capacidad gestora y por su afable flexibilidad en la búsqueda de encuentro y diálogo". Ambos escritos serán trasladados a las partes.

Sànchez a lo largo de 24 páginas sostiene que "la única forma de poder acreditar" que no habrá reiteración delicitiva "es dejarle en libertad y que pueda ejercer su función pública cumpliendo este compromiso", porque "lo contrario le dejaría como única opción la renuncia al cargo de diputado", que es un derecho fundamental legítimamente obtenido en las elecciones del pasado 21-D. Recuerda que ya no es presidente de la ANC, por lo que su capacidad de movilización ciudadana ha quedado muy reducida y que ya ha presentado en el Parlament "el juramento o promesa a acatar la Constitución española y el Estatuto de autonomía". Reitera que "en el supuesto de que la formación Junts per Catalunya alterara su programa electoral y optara por una declaración unilateral de independencia no seguirá ninguna decisión en ese sentido".

Ni oportunista ni mendaz

Esta última manifestación, tal y como expuso en su declaración ante Llarena, "no debe considerarse oportunista ni mendaz pues es la verbalización de su sentir histórico sobre la forma en la que debía y debe desarrollarse el anhelo independentista". También plantea que durante el periodo electoral no se ha producido absolutamente ninguna alteración de la paz pública, como demuestra que se haya retirado a los efectivos policiales enviados a Catalunya, lo que considera un indicios de que "paulatinamente la situación se está normalizando".

La defensa de Sànchez, que ejerce el abogado Jordi Pina, plantea en su escrito que se dejen de lado "las evidentes e innegables connotaciones políticas del presente caso" para poder valorar los hechos que se le imputan: "la convocatoria de una acción reivindicativa y pacífica a modo de protesta ante una actuación judicial en cuyo contexto se habrían producido incidentes puntuales que, a diferencia de otras manifestaciones recientes ya aludidas, sólo habrían dañado la propiedad, sin haberse incurrido en ningún acto de violencia o intimidación contra los agentes o los miembros de la comisión".

No intoxicó la labor de los Mossos

Por su parte, Forn, que adjunta el acta del pleno municipal de julio del año pasado cuando fue nombrado 'conseller' de Interior, sostiene que "no existe, ni remotamente, atisbo de intoxicación y/o incitación desviada desde el poder político que permita afirmar que ejerció dominio funcional sobre el discurrir del operativo policial" de los días 20 y 21 de septiembre en Barcelona, mientras se realizaban los registros de la operación Annubis. "Ni hubo pasividad ni el dispositivo policial desplegado cabe atribuirlo a su control funcional", sentencia.

Tampoco admite pasividad en el dispositivo desplegado durante el referéndum ilegal del 1-O, porque le fue comunicado al director del gabinete de coordinación y al propio Tribunal Superior de Justicia catalán y ninguno puso objeciones. Y como le dijo este jueves al juez supo "disociar su compomiso con los impulsos políticos del Govern y las específicas obligaciones como 'conseller' de Interior", de tal modo que no hay ninguna prueba de que los mossos dejaran de cumplir con su labor de policía judicial. Además, niega la posibilidad de que se produzca reiteración delictiva, porque, como le dijo ayer en persona a Llarena, no será consejero en el futuro.