PARTICIPACIÓN EN EL 21D

Una participación histórica que beneficia a Ciutadans

Natàlia Farré

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Los sondeos ya avisaban de una participación histórica que podía llegar, incluso, al 82%. Y así ha sido. Casi. La participación ha alcanzado el 81,95%, una cifra que sobrepasa el 80%, considerado técnicamente el máximo de participación si el voto no es obligatorio. Un 81,95% que hay que matizar y que posiblemente bajará unos tres puntos cuando se sume el voto emitido desde el extranjero. Así, en las últimas elecciones al Parlament, en el 2015, los datos de participación durante la noche electoral fueron del 77,46%, pero la cifra se rebajó hasta el 74,95% cuando se le sumó el voto exterior. Aun así, estas han sido las elecciones catalanas que menos abstención han registrado. Una tendencia al alza que se inició en el 2012, con las primeras elecciones del ‘procés’ y una participación del 67,76%.

Los pronósticos sobre la poca abstención y casi total participación se han cumplido, también los que afirmaban que un incremento de electores beneficiaba al bloque constitucionalista. Ciutadans no solo ha sido la fuerza más votada y con más escaños de Catalunya, sino que también se ha impuesto en las circunscripciones de Barcelona y Tarragona, y en sus capitales. La cosecha de los nuevos sufragios por parte del partido naranja valida la idea de que los partidarios de la independencia llevan tiempo movilizados y no tienen mucho margen de crecimiento; justo lo contrario que los votantes no independentistas. Estos últimos, un electorado tradicionalmente poco estimulado a la hora de acudir a las urnas en los comicios catalanes pero que la situación actual ha sobremotivado. Y residente mayoritariamente en las localidades más pobladas del área metropolitana de Barcelona, y en la provincia de Tarragona. 

Colas para votar en el colegio de La Salle de Gràcia.

Colas para votar en el colegio de La Salle de Gràcia. / periodico

Cerca de las legislativas del 77 y del 82

Es justo en estas zonas, donde la bolsa de abstencionistas es históricamente mayor, donde más ha aumentado la participación. Así el diferencial más grande entre las elecciones del 2015 y las actuales lo exhiben municipios como El Prat de Llobregat, Badia del Vallès, L’Hospitalet de Llobregat, Santa Coloma de Gramanet, Cornellà de Llobregat, Salou y Vila-seca con aumentos de 8,16, 6,78, 5,93, 5,55, 5,37, 4,74 y 5,42 puntos respectivamente. Y todos con Ciutadans como fuerza más votada. Mientras que en las localidades tradicionalmente independentistas y con menor abstención la participación ha crecido en menor medida: Banyoles (2,38), Vic (2,63), Berga (3,65), Igualada (3,46), Ripoll (3,81)... De todos modos, el incremento del voto se ha dado en las cuatro circunscripciones. El diferencial más grande entre las elecciones del 2015 y las actuales lo ha sumado Barcelona con un aumento de 7,29 puntos, en el otro lado se ha situado Girona, con una subida de 5,59 puntos. Mientras que Tarragona ha crecido 6,20 puntos y Lleida, 6,98.

Una participación del 81,95% es una participación muy alta para unos comicios autonómicos que se han movido en la horquilla del 54 al 64% hasta que empezó la movilización independentista: en el 2012 llegaron al 67,76% y en el 2015, que ya se votó en clave plebiscitaria, alcanzaron el 74,95%. Y es también una participación que coloca a las elecciones de ayer en un porcentaje muy próximo al de las legislativas. Así, la convocatoria, una vez el voto exterior rebaje el porcentaje de participación, quedará emparejada con las dos elecciones en las que más se ha votado: las legislativas de 1977, las primeras elecciones libres de la democracia, en las que votó el 79,3% del electorado catalán, y las de 1982, los comicios que llevaron al poder a los socialistas por primera vez desde la guerra civil y que sumaron un 80,7% de participación. Datos que reafirman el carácter extraordinario de las elecciones de este 21 de diciembre.

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