BALANCE DE LA LEGISLATURA DE PUIGDEMONT

Territori: mucho ruido y poco polvo

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Carlos Márquez Daniel

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Era quizás la cartera más delicada. Porque venía de unos tiempos de poca actividad y porque en parte depende de un dinero ajeno que en tiempos de ‘procés’ ha llegado con muletas. El Govern, sin embargo, tuvo la gallardía de colocar al frente de Territori i Sostenibilitat a un peso pesado del PDECat, Josep Rull. Para tener a un primera espada ante Fomento y por aquello de blandir un rostro conocido cuando fuera menester hablar de ninguneo o falta de inversiones. El traspaso de Rodalies y de la alta velocidad, la estación de la Sagrera o el corredor Mediterráneo han sido algunos de los puntos de desencuentro (y ahí seguimos) entre ambas administraciones. Una historia interminable. 

Como suele pasar con las obras públicas y las infraestructuras, esta legislatura ha dado más para promesas que para ejecuciones. Aunque la carrera empezaba con buen pie: la inauguración del metro al aeropuerto, reivindicación histórica al nivel del o el desdoblamiento de vías de la R3 de Rodalies (pendiente), el Cuarto Cinturón o la mejora de la línea Lleida-La Pobla de Segur (conseguida con sudor, lágrimas y algo de absurdo). El suburbano hasta El Prat se ponía en funcionamiento el 12 de febrero del 2016. Aplausos y vítores; algo achicados tras conocer la ruta -15 paradas y 32 minutos desde Zona Universitària- y las cifras de usuarios –en el primer año, un 33% menos de las validaciones esperadas-.

El "corcó" de Fomento

La movilidad ha sido el principal foco de actuación de Territori en estos casi 48 meses. Las principales novedades han sucedido bajo tierra. Como por ejemplo la prolongación de Ferrocarrils en Sabadell, con tres nuevas estaciones inauguradas en julio del 2017. En Terrassa ya se hizo lo propio dos años antes en tiempos de Sant Vila. La empresa pública FGC (que ha estrenado en este tiempo 15 nuevos trenes) ha sido el santo grial de Rull en sus reuniones con el ministerio. El ‘conseller’ ya dijo a las pocas semanas de asumir el cargo que sería “un corcó” para Renfe y Adif. Ha cumplido.

Los trenes de gestión catalana circulan, según Territori, con una puntualidad del 99%, un porcentaje y un argumento que no les ha servido para que Fomento les cediera Rodalies. Un partido de tenis pesadísimo. Basta con recordar el cruce de acusaciones sobre las inversiones. Mientras aquí se dice que se han gastado cuatro perras, allí aseguran que han destinado un volquete de millones. En medio de la pelea, los viajeros que acumulan retrasos, incidencias y mal humor. Y La Sagrera, mientras, al ralentí

El metro de Colau

Volviendo al metro, también se ha dado un empujón a la línea 10 que debe conectar los barrios de la Marina de Barcelona con el centro de la capital catalana. Un acuerdo con la alcaldesa Ada Colau desbloqueó una inversión de 40 millones de euros que permitirá abrir en breve dos estaciones (Foneria y Foc Cisell). Semanas después, ante el enfado de la vecina L’Hospitalet, Rull anunció otras tres estaciones en esta localidad. El acuerdo se firmó en mayo del 2017: 37 millones para abrir dos apeaderos más de la L-10 en el 2019. Y de propina, 14 millones para la parada de Ernest Lluch de la línea 5. Del mismo modo, se han prometido ampliaciones de la L-1 a Badalona y de la L-3 a Esplugues. Habrá que esperar. Pero ojo: Felip Puig prometió la "construcción inminente" de un metro hasta Castelldefels. La ciudadanía también sigue a la espera de la implantación de la T-Mobilitat, la tarjeta que concentrará todos los tipos de billete existentes y que está previsto que se ponga en circulación a finales del 2018. Con casi tres años de retraso.

Si hablamos de carreteras, estos dos años han dejado un balance escaso. Merecen una mención la construcción del túnel de Tres Ponts en la C-14 (35,4 millones) y mejoras de seguridad, ampliaciones y reasfaltado en vías como la C-17, la C-16, la C-58 o la C-55. También se ha avanzado, aunque solo en el terreno de las ideas, en la creación de la viñeta que sustituya a los peajes antes de dos años. 

Clima sin ley

Donde sí ha dejado huella Territori en estos dos años es en la creación de la zona de bajas emisiones. Recuerden: en episodios de elevada polución, los coches más contaminantes no podrán entrar en el perímetro que marcan las rondas de Dalt y Litoral. En una suerte de 'joint venture' con el consistorio y con el Área Metropolitana de Barcelona, el Govern se puso como meta enero del 2020 para empezar a aplicar el veto a los autos más sucios. Se verán afectados cerca de 100.000 vehículos, el 14% de los que a diario usan estas vías de acceso. 

La lucha contra el cambio climático ha tenido ley propia en el Parlament. Entre otras medidas, promovía el cierre de las nucleares. Pero va a ser que no porque el Tribunal Constitucional la ha suspendido. Donde los jueces no entraron fue en la liberación del oso Goiat en el Pirineo catalán, en junio del 2016. Tampoco se metieron en las bolsas de plástico de los comercios. Se conoce que ahora son de pago.