la carrera al 21-D

Ciutadans echa el resto en los feudos del PSC

Arrimadas pide el voto de los barrios obreros durante sus actos en Figueres y Santa Coloma de Gramenet

Inés Arrimadas, este viernes, en Figueres.

Inés Arrimadas, este viernes, en Figueres. / periodico

Rafa Julve

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Ciutadans celebrará el domingo su acto central de campaña en el recinto de la Fira de L'Hospitalet de Llobregat. El resto de actos hasta el 21-D los tendrá Inés Arrimadas en Barcelona, por lo que puede decirse que este viernes prácticamente cerró en Santa Coloma de Gramenet su 'tour' electoral por Catalunya. Una elección nada inocente: la localidad donde gobierna la socialista Núria Parlon es una de las dos grandes ciudades del área metropolitana donde los naranjas quedaron por detrás de los socialistas en los comicios del 2015. La otra es Cornellà de Llobregat, donde la cabeza de cartel ya mitineó el lunes con el mismo objetivo: no dejar sin conquistar ni un solo bastión del PSC.

Impulsados por las encuestas y más arropados que nunca allí adonde van (en la plaza de Pau Casals de Santa Coloma la aclamaron un millar de personas, que abuchearon con fuerza a dos jóvenes que les increparon al grito de "fachas"), en Ciutadans piensan que pueden seguir arañando votos a Miquel Iceta, y más después de que este planteara un indulto a los miembros del Govern cesado que fueran condenados. Eso les sirvió para alentar la idea de que los socialistas hacen seguidismo de los independentistas, con menciones a Parlon incluidas.

"Noooooo", gritó el público cuando Arrimadas recordó la propuesta de Iceta. "Nadie va a indultar a los ciudadanos por no pagar sus facturas, por lo que no queremos que se indulte a un político si es condenado por malversar", prosiguió la candidata. Y atacando por otro flanco a sus rivales, volvió a insistir en que dedicará el dinero del 'procés' a servicios sociales y erigió el "voto de los barrios" como clave para conseguirlo.

Paseo por Figueres

Por la mañana, la candidata pasó el rastrillo electoral por los barrios obreros de la zona oeste de Figueres, una de las 50 ciudades donde la participación en el 2015 fue inferior a la media catalana (69,98% frente a 74,95%) y en la que C’s quedó segundo tras Junts pel Sí con el 18,6% de los votos. 

Antes de su visita, en una atención a la prensa bajo el porche del ayuntamiento para protegerse de la lluvia, Arrimadas respondió a los ataques sufridos por los naranjas, el (pen)último cabeza de cordero en una mesa informativa en Barcelona: "Ciudadanos está en el centro de todos los ataques y amenazas, pero llevamos 11 años luchando y no nos han callado, y ahora aún nos van a callar menos. Vamos a alzar tanto la voz que nos oirá [CarlesPuigdemont desde Bruselas".

Después fue paseando hasta la asociación de vecinos Juncària-Bosch, en un enclave que antaño basculaba entre el rojo socialista y el azul popular. Allí dedicó unas palabras a los residentes y se infló a hacerse selfis con muchos. "Yo no tendría que hacerme esta foto porque tengo un negocio", afirmó el dueño de un bar. "Hemos perdido el miedo a decir a quién votamos", afirmó otro.